Un avance necesario para la Educación Superior
02 de Septiembre 2022 | Publicado por: Diario Concepción

CLAUDIA HURTADO ESPINOZA
Abogada.
Han pasado varios años desde que se promulgó el llamado Decreto Amunátegui dictado por el Presidente Aníbal Pinto, que entre otros aspectos, consideró conveniente “estimular a las mujeres a que hagan estudios serios y sólidos”. Desde el año 1877 a la fecha, han sido varios los hechos y acontecimientos que han permitido que actualmente, más de 700.000 mujeres ingresen el año 2022 a la educación superior y que de a poco, sean ellas las que vayan asumiendo la dirección de las casas de estudio.
La presencia de mujeres en este ámbito del quehacer educativo y académico, sin duda ha permitido avances y desarrollo en nuestra sociedad, pero a la vez, ha generado situaciones de injusticia, abuso y/o superioridad, que las afecta, y en las que muchas veces tienen que callar. Estas situaciones que afectan generalmente, a mujeres, no estaban reguladas, a veces no se consideraban y en otras se normalizaban.
Por esto se requería avanzar e incorporar en los ambientes académicos temas que son relevantes, que nos permiten reflexionar y enriquecen el dialogo. Abordar estos temas, en los distintos estamentos, tanto estudiantil, docente, administrativo y funcionario, permitirá la entrada en vigencia, durante el mes de septiembre de la Ley 21.396 que viene a “Regula el acoso sexual, la violencia y la discriminación de género en el ámbito de la educación superior”.
Varios son los aspectos que se pueden destacar y que desde luego con contribuyen a avanzar en un ámbito que nos siempre avanza como quisiéramos . El carácter participativo, la definición de acoso sexual, la creación de una política integral sobre el tema, la potestad de las instituciones de investigar y sancionar, las capacitaciones, la creación de unidades responsables de la implementación de la política, entre otros temas, nos permitirán informar, prevenir, educar, sobre un tema tan sensible y a veces poco considerado. Estamos convencidas que el trato igualitario, respetuoso y la no discriminación, en las universidades, centros de formación técnica, institutos profesionales, escuelas matrices de las FFAA, es un avance que hace tiempo esperábamos y que seguramente, esas “estudiantes a las que se les permitió estudios serios y sólidos” jamás, pudieron imaginar.