¿Rechazo con amor?
24 de Agosto 2022 | Publicado por: Diario Concepción

Independiente de la polémica, hay elementos del spot que son derechamente condenables.
Fernando Venegas Traba
Académico UdeC- Máster en Cine Documental
Ciertamente la campaña del Rechazo ha generado una nueva narrativa para afrontar este proceso. Tras años de valerse del miedo y la incertidumbre para poder lograr réditos electorales, hoy, un escenario sin precedentes les ha obligado adoptar nuevos códigos y apelar a una mayor gama de sentimientos. En este caso, eligieron como puntal, al amor.
Llama la atención esta nueva amorosa aproximación que, según las encuestas, estaría logrando posicionar a la opción del Rechazo, como la favorita para los comicios del 04 de septiembre. Y es que lo vemos en todos lados, corazones en ferias libres, en frases radiales escuchamos “Rechaza por amor”, y también en la franja televisiva, donde una de las últimas piezas se vale de dicho sentimiento para generar un llamado a rechazar, basado en un supuesto hecho real y que por sus características llama mucho la atención, debido a los peligrosos elementos que subyacen en ésta. En el spot vemos a un hombre joven, dedicado a la prostitución, que sufrió una agresión. “Un escopetazo” por parte de un cliente que le debía dinero. Esto ocurre cuando él se acerca a su casa a cobrarle y el deudor sale con su hijo a dispararle al trabajador sexual. Este hecho es el pilar de la reflexión del protagonista. “Si en Chile nos quisiéramos más”, ocurrirían menos crímenes, no le habrían disparado, para luego agregar que, si nos quisiéramos más, no aprobaríamos el texto escrito por la CC.
Independiente de la polémica que rodea la veracidad de la narración, hay elementos del spot que son derechamente condenables. Primero existe una vinculación gratuita de la violencia con el nuevo texto constitucional. Si nos quisiéramos más lo primero no habría ocurrido, el disparo no se habría percutado, hoy si nos queremos, es nuestro deber rechazar el texto. Esto, además de no estar apoyado por ningún argumento, obvia que la actual constitución fue creada en dictadura, ratificada con un proceso electoral viciado y producto del periodo más violento de la historia nacional.
El segundo y más preocupante es la banalización de la violencia. Primero el personaje llama lo que le ocurrió un “accidente”. Si alguien le dispara a otra persona no es un accidente, es una agresión. Segundo y peor, el mayor acto de amor por parte del joven es no denunciar al victimario, motivado por la protección de un niño que ha visto una sola vez en su vida, segundos antes de ser baleado. La lógica: “¿Qué iba pasar con ese cabro, si además su viejo se va a la cárcel?”. Probablemente no ser criado por un tipo que es infiel a su mamá con prostitutas y que es un potencial homicida. Independiente de lo absurdo de la reflexión, el discurso es muy peligroso, “NO DENUNCIES A TU AGRESOR”. Esto es lo que hay debajo de una pieza lamentable y que no considera que este tipo de mensaje está presente día a día, en especial en las vidas de víctimas de abuso sexual. “No denuncies, porque destruirá a la familia”. “No denuncies, porque es tu mejor amigo”. “No denuncies porque te quiero y no volverá a pasar”, “NO DENUNCIES POR AMOR”.
Impresiona, nuevamente, el nivel de desconexión e irresponsabilidad de este sector. Uno debe respetar las posturas diversas, pero hay líneas que no se deben cruzar por el solo hecho de ganar.