OSCAR REICHER SALAZAR
Seremi del Medio Ambiente Región del Biobío.
El Consejo Regional del Biobío ha aprobado la Política Regional para la Conservación de la Biodiversidad 2022 – 2035. Se trata del primer instrumento en su tipo adoptado a nivel nacional, fruto del trabajo mancomunado entre el Gobierno Regional y la Seremi del Medio Ambiente.
La Política responde a un diagnóstico y objetivos comunes. En efecto, la Estrategia Regional de Desarrollo define como compromiso la protección de la biodiversidad, lo que se recoge también en la propuesta programática del Gobernador Rodrigo Díaz, y en el programa del Presidente Gabriel Boric sitúa a la “Protección y Recuperación de la Biodiversidad” como eje central en la gestión ambiental para enfrentar su pérdida y la crisis climática global. Este hito regional y nacional se suma a los distintos enfoques que nuestro país ha asumido para proteger la biodiversidad.
Un enfoque inicial se basó en la conservación de las áreas protegidas, como se puede ver del Primer Informe Nacional a la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (2003) hasta hoy, en que paulatinamente hemos comprendido que la biodiversidad es algo que escapa los límites administrativos de una zona que hemos denominado área protegida.
Nuestra Región se encuentra en una zona privilegiada, con un alto nivel de endemismo que da cuenta de la alta biodiversidad que se distribuye en sus 3 provincias. Es por ello que la Política pone en su centro la conservación de la biodiversidad, asumiendo objetivos de preservación, restauración y el manejo de la misma.
Es así como la infraestructura ecológica aparece como uno de los mecanismos claves para enfrentar la crisis climática. De esta manera, la Política promueve un modelo territorial compatible con la conservación de la biodiversidad y en donde la gobernanza participativa adquirirá un rol protagónico durante el seguimiento y monitoreo de sus objetivos.
El éxito de la implementación de esta Política requerirá de un esfuerzo transversal del Estado y la sociedad civil entera, conjugando la protección de los ecosistemas con la generación de conciencia ética con el objetivo de asegurar un equilibrio armónico entre las personas, la naturaleza y la organización de la sociedad.
