Opinión

¿Cuánto aprendimos de la Pandemia?

En estas circunstancias, compatibilizar el cuidado de los niños y “teletrabajar”, se convirtió en un gran desafío, que en mi opinión, nos invita nuevamente a reflexionar sobre lo siguientes aspectos.

Por: Diario Concepción 23 de Junio 2022
Fotografía: Diario Concepción

Claudia Hurtado Espinoza

Abogada

Tan pronto como recibimos el anuncio en el que se informó que se adelantaban y extendían las vacaciones de invierno, estoy segura que la preocupación aumento en muchas mujeres. La preocupación a la que me refiero no es una preocupación sanitaria, sino más bien una preocupación mental y doméstica.

Diversos estudios realizados en época de cuarentenas, en los que nos vimos obligados a continuar nuestras actividades al interior de nuestros hogares, arrojaron resultados no muy alentadores para las mujeres. Uno de ellos fue que el 69% de las mujeres que asumen roles de cuidado de niños/as realizaban un trabajo remunerado.

En estas circunstancias, compatibilizar el cuidado de los niños y “teletrabajar”, se convirtió en un gran desafío, que en mi opinión, nos invita nuevamente a reflexionar sobre lo siguientes aspectos.

Lo primero es, que en estas circunstancias se advierten diferencias entre hombres y mujeres, que generan para las mujeres un cansancio físico y mental de difícil recuperación.

En segundo lugar, y con pesar, podemos señalar es que en nuestro país el cuidado y crianza de los niños y niñas, continua estando a cargo mayoritariamente, a cargo de las mujeres.

Por último, me permito señalar que para las mujeres la “cultura del teletrabajo” en las condiciones en que las conocimos; con extensas jornadas laborales, con la imperiosa necesidad de ser eficiente, en algunos casos con escasos niveles de conocimientos digitales y otras razones más, me permite afirmar que es una posibilidad sólo en algunas mujeres y que afecta significativamente, a otras.

Para muchas, esta modalidad laboral, implicó trabajar lo mismo o más que en un trabajo presencial. Para otras y particularmente, en hogares monoparentales, esta posibilidad es difícil de asumir ya sea porque no están dadas las condiciones, porque no hay nadie más que cuide de los niños/as o porque simplemente, no existe la disposición mental para asumir la carga adicional, que ambas cosas significan.

Considero que recibido el anuncio, de adelantar las vacaciones de invierno y extenderlas, la pregunta que nos tenemos que plantear como sociedad es ¿de qué manera las mujeres estaremos más aliviadas en estas vacaciones extendidas y ampliadas, que estamos a pronto de iniciar?. En pocos días más veremos ¿cuánto aprendimos de la pandemia?.

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