Opinión

Espacio público, arte y seguridad ciudadana

Arte y seguridad ciudadana. Sin duda son conceptos difíciles de relacionar. Son ámbitos, saberes y estrategias que todos reconocemos como parte del desarrollo y las políticas públicas, pero que escasamente se vinculan e interactúan.

Por: Diario Concepción 16 de Febrero 2022
Fotografía: Cedida

Pablo Gaete Villegas
Magíster en Arte y Patrimonio UdeC
Director Regional de Balmaceda Arte Joven

Arte y seguridad ciudadana. Sin duda son conceptos difíciles de relacionar. Son ámbitos, saberes y estrategias que todos reconocemos como parte del desarrollo y las políticas públicas, pero que escasamente se vinculan e interactúan. Sí se ha relacionado en algunos programas gubernamentales el espacio público con la seguridad y la lucha contra la delincuencia. Pero cuando los problemas son profundos y complejos la experiencia indica que se requieren medidas audaces y creativas. Frente a los altos índices de violencia, el avance del narcotráfico y el crimen organizado, ¿qué podría hacer el arte y la cultura?

Durante la década de los 90 del siglo recién pasado, las principales ciudades de Colombia fueron asoladas por la violencia provocada por bandas criminales asociadas al narcotráfico. Especialmente la ciudad de Medellín considerada entonces como la capital de la cocaína y la cuna de Pablo Escobar. Tres décadas después, la segunda ciudad más poblada de Colombia, es considerada una de las más innovadora a nivel mundial. El urbanismo y el desarrollo cultural han sido los factores claves para dejar atrás los altos índices de delincuencia y narcotráfico. La recuperación de los espacios públicos para la realización de proyectos artísticos con fuerte vinculación comunitaria fue el eje de esas acciones que tuvieron un exitoso resultado. Desde la mundialmente conocida obra del escultor Fernando Botero hasta los jóvenes que se suben a los buses que trepan las laderas de la ciudad cantando su realidad, el arte es un elemento de cambio que Medellín usa para hacerle frente a la violencia, la pobreza, las ausencias del estado y las desigualdades sociales. Son muchas las iniciativas desarrolladas en esta ciudad y que pueden ser referentes para el mundo de la cultura en nuestro país. Conocido es el centro cultural del barrio de Moravia instalado en el espacio que antes ocupaba un basural.

Y muy significativo lo que expresa una de sus líderes “es pequeño, (nuestro centro), es lo que alcanzan a ver. Lo que es grande es lo que hacemos”. Estas palabras describen con mucha claridad lo que es hacer arte en Medellín para cambiar su realidad. Escuelas de Hip Hop, Coros juveniles en parroquias, teatro callejero, festivales de muralismo, bibliotecas y muchas otras iniciativas en estrecha relación con las comunidades y planificadas en conjunto con los y las líderes barriales dan cuenta de estos notables cambios culturales en aquel país.

En un ámbito más relacionado al desarrollo local, durante el primer Gobierno de la presidenta Bachelet, el entonces Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Cnca, implementó el programa “Creando Chile en mi Barrio”, que con enfoque territorial intervino en 40 barrios históricos y de carácter patrimonial con el objetivo de fortalecer y movilizar las capacidades artísticas, culturales, creativas y de emprendimiento de esas comunidades, a través del acceso a los bienes culturales de poblaciones vulnerables y geográficamente distantes, así como la elaboración y ejecución de planes de desarrollo artístico cultural barrial consensuados con la comunidad. Similar a lo ocurrido en Colombia, en este programa se vincularon artistas, cultores, gestores y dirigentes vecinales para instalar capacidades de gestión y programación, fortaleciendo al mismo tiempo identidades y memoria barrial.

Lamentablemente, como suele ocurrir en nuestro país, el gobierno siguiente de distinto signo político no lo siguió implementando. Estas experiencias son referentes que se podrían adaptar y actualizar para enfrentar los complejos desafíos del presente.

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