Brecha de género, autonomía económica y emprendimiento
11 de Febrero 2022 | Publicado por: Diario Concepción
Paula Valverde Norambuena
Directora de Endeavor.
La autonomía económica de las mujeres, que es la capacidad de generar ingresos y recursos propios, se ha definido -entre otros- como uno de los ejes centrales para avanzar en igualdad de género, garantizar derechos y lograr una mayor justicia social. Pero no sólo eso, también es vital para evitar la vulnerabilidad de una familia completa, para que las economías de los países crezcan y para la prevención y eliminación de la violencia contra las mujeres.
Me parece clave hablar de este tema, considerando que en 2020, producto de la pandemia, se registró una contundente salida de mujeres de la fuerza laboral, quienes, por tener que atender las demandas de cuidados en sus hogares, en muchos casos no retomaron la búsqueda de empleo. Todo esto en un contexto en el que persiste la discriminación salarial.
La ecuación es simple: cuanto menos autonomía económica, habrá más desigualdad y violencia contra la mujer. Sin ir más lejos, según datos del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, durante 2021 se registraron 44 femicidios consumados y 163 frustrados, lo que implica un aumento respecto de lo registrado el año anterior.
Y si bien en materia de autonomía económica se ha ido avanzando, siguen vigentes retos. La igualdad salarial, el fin de la discriminación en el mercado laboral y la erradicación de las desigualdades en ámbitos tanto de las esferas pública y privada son una condición del desarrollo sostenible y para que las mujeres puedan contar con la capacidad y con condiciones concretas para tomar libremente las decisiones que afectan sus vidas.
¿Cómo impulsar y lograr una mayor autonomía económica en las mujeres? Son varios los caminos. Una de las maneras más efectiva para garantizarla es promover su acceso al trabajo en igualdad de condiciones. Pero también, de la mano del emprendimiento, que representa una vía para que miles de mujeres puedan generar ingresos propios para ellas y sus familias y de esa forma puedan desarrollarse integralmente, conciliando las responsabilidades de cuidado y el trabajo. Pero es importante una red de apoyo, porque sin ella, es muy difícil emprender con éxito.
Hoy, existen las herramientas para emprender, para que las mujeres escalen sus negocios y que puedan llegar cuán lejos ellas decidan. Pero es necesario reforzar el apoyo que reciben las mujeres en el camino del emprendimiento, con mayores programas de capacitación y financiamiento. Uno de los obstáculos en nuestro país es que si una mujer casada en régimen de sociedad conyugal crea una sociedad o empresa nueva, debe acreditar que está actuando en virtud de su patrimonio reservado, de lo contrario será el marido quién tendrá que autorizarla para emprender. Por eso, una buena noticia es la reforma al régimen de sociedad conyugal que se está discutiendo en el Parlamento.
Es claro que a través de una promoción de la autonomía económica de las mujeres podremos avanzar como país, en la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico inclusivo.