Paulina Assmann
Seremi CTCI Macrozona Centro Sur y mentora PROVOCA(AUI/NRAO)

Hagamos el siguiente experimento: supongamos que, en vez de Albert Einstein, el 14 de marzo de 1879 en Alemania nace Alberta Einstein. Siguiendo las costumbres de la época, Alberta ni siquiera sueña con dedicarse a la ciencia, y en vez de eso dedica su vida a cuidar su casa y a sus hijos. La teoría de relatividad nunca es planteada, o se hace mucho más tarde, retrasando así notablemente el avance de la Física moderna. No puedo evitar pensar que esta historia, que es obviamente ficticia, ya ha pasado sin que nos diéramos cuenta, producto de los múltiples obstáculos sistemáticos al desarrollo de las ciencias que ha sufrido la mitad de la humanidad durante gran parte de su historia y que aún no han terminado del todo.

El Ministerio de Ciencia desarrolló un estudio para determinar una política de género en Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Esto, en el marco de la primera política de igualdad género en ciencia, que tienen la ambiciosa meta de lograr paridad al 2030. Los resultados fueron elocuentes: un 50% de los encuestados, señala que hay que poner un énfasis en la promoción del rol de la mujer en este ámbito.

Las claves que se señalan, están en la educación y en acciones que tiendan a fomentar la paridad de género.

Se trata solo de una de las áreas en que hay brechas en ese sentido, y que la pandemia ha acrecentado. Un reciente análisis del Foro Económico Mundial sostiene que al ritmo actual hacen falta 135 años para alcanzar la paridad. Antes del coronavirus, eran 99.

No podemos esperar un siglo.

¿Por qué es relevante tomar acciones en este sentido?

Como mentora de Provoca (liderada por AUI/NRAO), campaña que busca promover la vocación científica en niñas, creo en algo bien simple. El talento está distribuido en forma uniforme entre todas las personas, independiente de su género, nacionalidad u origen socioeconómico. Y la brecha que existe hoy en la participación de la mujer, significa una tremenda riqueza que toda la humanidad se está perdiendo y no queremos que se pierda más. Para ello, no basta con un esfuerzo en particular, sino más bien de una suma de acciones que permitan mover a la sociedad para una disminución de la brecha en CTCI. Necesitamos a educadoras de párvulo comprometidas con el desarrollo del pensamiento crítico, incentivando la curiosidad. También a los profesores que motiven a sus estudiantes, que les muestren que la ciencia puede ser una opción. Necesitamos a las familias, así como también a distintas iniciativas como Provoca que promueve las vocaciones científicas a través del uso de modelos de rol, es decir mujeres cientificas son mentoras de niñas.

También esta Ingeniosas que realizan talleres en temas de tecnología, comunicacion e información, las TIC.

Nos enfrentamos a grandes desafíos para nuestra subsistencia como humanidad, soluciones para la adaptación del cambio climático, las pandemias, la ciberseguridad, temas donde la ciencia y tecnología juegan un rol fundamental, y es aqui donde los necesitamos a todos y todas. En el todas, aun nos faltan. No tenemos mucho tiempo, es por ello que eliminar la brecha de género en CTCI al 2030 es urgente y esperamos que a esa fecha sea otro el tema.