Cuando por primera vez dijimos que “Biobío puede más”, lo hicimos convencidos de que para superar las brechas de desarrollo en nuestra región necesitamos recursos y buena política.
Rodrigo Martínez Fernández
Administrador Regional
Gobierno Regional del Biobío
El pasado 15 de diciembre fue promulgada la Ley de Presupuesto 2022, y con ello se conoce oficialmente el detalle de los montos y partidas del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR). Lo primero que habría que señalar es que cuando hay poder ciudadano delegado en las autoridades regionales, se nota, y el mejor ejemplo de lo anterior es la gestión de este presupuesto regional, que en el caso del Biobío experimentará un alza de casi 10 mil millones de pesos respecto del año pasado.
Independiente del origen específico de cada fuente de financiamiento dentro de las variables que conforman el denominado FNDR, la verdad es que la región dispondrá por esta vía, de un monto de 94 mil millones de pesos; que sumado al saldo inicial de caja podría significar llegar a los 100 mil millones, con lo cual se podrá financiar iniciativas que irán en directo beneficio de las personas; además, de grandes obras que nos ayudarán a mejorar la conectividad, generar espacios destinados al deporte y la cultura, potenciar la innovación para la competitividad, y promover la creación de nuevos empleos, entre otras materias.
Pero no se trata solo de una gran cifra. El presupuesto 2022, fruto de la negociación conjunta de los nuevos Gobernadores Regionales y apoyo parlamentario con el Ministerio de Hacienda, representa una serie de logros para las regiones por mayores espacios de autonomía para gestionar los presupuestos regionales. En ese sentido, y respondiendo a la demanda por inversión con perspectiva territorial, el erario del próximo año se hace cargo de fortalecer el vínculo entre gobierno regional y comunal, entregando mayores opciones de subsidios para infraestructura municipal.
Asimismo, el nuevo presupuesto fija un aumento en el aporte directo a actividades ciudadanas, incorpora iniciativas de reciclaje y valorización de residuos, incrementa los montos que se podrán usar en situaciones de emergencia e incluye al Ministerio de Ciencia como cartera susceptible de transferir recursos, solo por mencionar algunos de los nuevos logros.
Ninguna de estas buenas noticias existía antes de que asumieran los Gobernadores Regionales. Y ha sido justamente la irrupción del poder regional y la acción conjunta de 16 gobernadores(as), plasmada en la Declaración de Concepción que se firmó en el Primer encuentro nacional realizado justamente en nuestra región en septiembre pasado, que se ha empezado a mover la aguja en la dirección de mayor autonomía y más atribuciones para los Gobiernos Regionales.
Primero fue la disputa por la exclusión en espacios en los edificios regionales, luego el intento por recortar recursos basales y finalmente una discusión presupuestaria que proponía, inicialmente, reducir las arcas regionales. En cada evento los Gobiernos Regionales han logrado imponerse, y desde el Biobío hemos visto cómo en unos pocos meses se recupera el liderazgo extraviado los últimos años, transformándonos en escenario y protagonistas de los grandes temas país.
Cuando por primera vez dijimos que “Biobío puede más”, lo hicimos convencidos de que para superar las brechas de desarrollo en nuestra región necesitamos recursos y buena política. Por eso desde la administración del Gobernador Rodrigo Díaz defendimos con éxito el presupuesto 2022 y desde ya fijamos la mirada en los tres principales desafíos descentralizadores del año que se avecina: la Ley de Rentas Regionales, el traspaso de competencias y la eliminación de la figura del Delegado Presidencial; para lo cual no hay dudas que la acción del Presidente Electo, Gabriel Boric, dota de nuevas esperanzas a las regiones. Sin olvidar que la tarea del nuevo Gobierno Regional, por sobre todo, es defender los intereses regionales.