Academia y territorios: La participación ciudadana como base para ciudades sustentables
04 de Octubre 2021 | Publicado por: Diario Concepción
Daniel Sandoval y Jonathan Barton
Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, Cedeus
¿Cómo podemos crear ciudades más sustentables y justas para todos y todas? El involucramiento y empoderamiento de las comunidades es fundamental para responder a los desafíos del desarrollo urbano sustentable, y la investigación científica no puede estar exenta a eso. Desde Cedus, entendemos el desarrollo urbano sustentable como un proceso a través del cual las comunidades —tanto las generaciones actuales como las futuras— florecen de forma armónica.
En este sentido, estamos conscientes de que no basta con comprender los procesos que dan forma a los espacios urbanos y sus interacciones, sino que es fundamental generar espacios de convergencia y participación que vinculen a las y los investigadores y a los distintos actores que tienen presencia en el territorio, donde la sociedad civil constituye un actor clave en la toma de decisiones urbanas.
La participación ciudadana es un proceso que reconoce la importancia del involucramiento de las personas en el proceso de planificación y diseño de las ciudades, a través de instancias como cabildos, mesas de trabajo, presupuestos participativos y otras formas de planificación colaborativa o comunicativa. Además, es un aspecto clave para la sustentabilidad urbana, pues no solo constituye un medio para alcanzar mejores soluciones frente a problemas de gestión pública; en sí misma tiene el valor de fortalecer la democracia y el potencial de desarrollar la cohesión social en las comunidades que se involucran en este tipo de procesos, aspectos necesarios para la sustentabilidad.
A pesar de los avances en las políticas públicas urbanas, la planificación y diseño de ciudades sustentables requiere avanzar hacia un tipo de participación ciudadana que promueva la co-construcción de ciudades más inclusivas y justas, aún falta mucho por avanzar. Y, los centros de investigación de excelencia, como CEDEUS. e institutos que elaboran investigación aplicada, y que apoyan en la elaboración de políticas públicas, debemos aportar en este proceso.
Para que el Estado y la sociedad reconozcan a las personas y comunidades como agentes indispensables y corresponsables en la solución directa y transformación de las dinámicas urbanas es clave la participación temprana en el desarrollo de proyectos y políticas, de manera de involucrar a las personas y organizaciones de la sociedad civil en los procesos de reconocimiento de las necesidades y la formulación de ideas para la solución de sus problemas. También lo es la inclusión de aquellos actores pertenecientes a grupos que han sido excluidos constantemente del proceso de planificación y la toma de decisiones/opiniones, como mujeres, niñas, niños, adolescentes, población indígena, migrantes, etc.
En los diez años que llevamos como centro, donde hemos integrado la investigación científica con la planificación urbana con acciones y metodologías participativas, hemos visto cómo alguno de los proyectos implementados los últimos años en barrios del Borde Costero de San Pedro de la Paz, han permitido entregar diversos insumos al sector público y a las organizaciones sociales apoyando y fortaleciendo el diálogo, la toma de decisiones y la política pública sobre temas específicos y claves para los vecinos. Por ejemplo, en entre otras cosas, en este sector se realizó un diagnóstico comunitario sobre movilidad sustentable con foco en la caminabilidad, permitiendo identificar los principales hitos y destinos barriales, así como las rutas más utilizadas por la comunidad, aportando en dirigir la atención y eventual intervención pública y comunitaria, sobre las debilidades y problemáticas de estos aspectos relevantes para la movilidad sustentable de la población.
Esta es una de las experiencias de trabajo que nos ha motivado a escribir el “Manual de metodologías de investigación participativa”, en el que compartimos diversas herramientas que se pueden adoptar y adaptar para el trabajo comunitario de manera práctica y aplicada. Así, ser un aporte tanto en el mundo académico, en diversas organizaciones (públicas y privadas) como también por cualquier miembro u organización de la sociedad civil.