Centralismo sanitario

18 de Diciembre 2020 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Carla Cid

El grado de descentralización administrativa, fiscal y operativa de las autoridades tienen efectos específicos sobre la adopción de políticas con pertinencia territorial.

Carla Cid
Colectiva – Justicia en Derechos Humanos
Corporación y Oficina Jurídica

Durante estas semanas se nos ha informado una modificación en las prohibiciones aparejadas con la fase 2 del plan paso a paso, autorizando el funcionamiento de cafés y restoranes al aire libre, coincidente con el ingreso de la capital nacional a dicha fase. Esta modificación, si bien es una buena noticia para los pequeños locales de comida que lo venían solicitando reiteradamente, es un sinsentido para las regiones que llevan meses en dicha etapa.

Mientras el Biobío arrastra un historial de meses en cuarentena, con un peak nacional de contagiados COVID-19 durante esta semana junto con la ocupación crítica de las camas UCI disponibles, el desarrollo de las políticas públicas hace oídos sordos a esta realidad.

Esta respuesta sanitaria una demanda recurrente no es más que una expresión del centralismo en la toma de decisiones que excluye en gran parte a los gobiernos regionales de las estrategias localizadas, y que hoy se traduce directamente en la calidad de vida de sus habitantes.

En vez de ir implementando medidas rápidas y eficaces para aplanar la curva y controlar el movimiento de personas, desde Santiago se espera una métrica para establecer cuarentenas u otras medidas sanitarias respecto del resto de país, desoyendo incluso a las autoridades del espacio pertinente produciéndose situaciones tan paradójicas como que el intendente de nuestra región, designado por el Presidente de la República, se oponga a las políticas públicas derivadas del Ministerio de Salud.

El grado de descentralización administrativa, fiscal y operativa de las autoridades tienen efectos específicos sobre la adopción de políticas con pertinencia territorial. Hoy, ad-portas del periodo electoral, debemos reivindicar los principios regionalistas y descentralizadores que permitan una desconcentración del poder político, administrativo, público y económico, en orden a terminar con un centralismo histórico de nuestro país y mejorar la calidad de vida de todos y todas quienes habitamos esta franja de tierra en su magnífica diversidad.