Desde su traslado de Concepción del sitio de Penco, al actual de La Mocha, en el año 1751, la ciudad experimentó en su plano urbano, una serie de dificultades a resolver, lagunas, humedales, ríos caudalosos, los más anchos de América, y otros que en invierno fueran un serio obstáculo.
Otro fenómeno lo experimentaron las vías férreas y terrestres, que cortaban el plano urbano y que fueron solucionadas con rotondas o pasos sobre nivel.
Podemos decir que la ciudad de Concepción ostenta la más amplia variedad de puentes que una ciudad puede tener, tanto en el antiguo camino de entrada a Concepción, de Florida a Concepción, tiene de su construcción década de 1930-1940, siete puentes, que atraviesan durante todo el recorrido el cauce del Río Andalién, sin sumar los dos que se encuentran a la salida de Concepción hacia la ciudad de Penco.
Por la misma fecha, 1940, manos privadas y públicas, atravesaron el río Biobío con un puente carretero que vino a compartir con el puente ferroviario, inaugurado al final del siglo XIX, y que, a contar de la mitad del siglo XX, se reforzó con otros puentes, como el Juan Pablo II, inaugurado en la década del 60, o la renovación de nuestro antiguo Puente Viejo, por uno más moderno que unirá la Avenida Chacabuco con San Pedro de la Paz y el Puente Llacolén, que unió la Avenida los Carrera con San Pedro.
Otros puentes o pasos ferroviarios, lo constituye el que existe en la Avenida Prat, que sortea el paso del tren a Talcahuano y que desde 1970 permitió el libre acceso al cementerio, evitando el peligroso cruce a nivel, igual solución se dio para el paso del tren que impedía el libre acceso al Puente Viejo, y solucionó la salida vehicular de Pedro de Valdivia bajo a la Avenida Víctor Lamas.
Hoy tenemos también puentes sobre el Canal Ifarle en Talcahuano, y el recién demolido Puente Perales que con el paso sobre nivel de la vía férrea que va hacia el puerto de Talcahuano, que era una reliquia patrimonial, a conservar.
No sé a que santo debemos apelar para mantener de alguna forma, en pie, y que no se lleve la picota o el tiempo, o la fuerza de la naturaleza, el antiguo puente Andalién, que conecta Concepción con Penco, y el ferroviario, que luego de 130 años, presta aún servicio y que pasará al retiro al parecer el año 2024.
Atención a parte, merece la vía a Penco, con diversos túneles existentes entre Concepción y Tomé, junto con el puente ferroviario que atraviesa el río Andalién. Llama la atención que todo este patrimonio material, dejado por el esfuerzo de los penquistas que nos precedieron, se perdieran como otros que tan sólo quedan en los libros de historia o en algunas fotos, o en el recuerdo de los más viejos.
Obras que enfrentaron estoicas, el terremoto de 1939-1960-2010 y que aún están en uso, sirviendo a la comunidad.
A través de este artículo, hago un llamado a preservar nuestro rico pasado arquitectónico, que sorteó ríos, pajonales, esteros, cruces de camino, pasos ferroviarios, túneles y otros, para que puedan las futuras generaciones observarlos y reconocer el esfuerzo de quienes nos precedieron en dar solución a los problemas que enfrentaron.
Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador del Archivo Histórico de Concepción