Opinión

De independientes y fragmentaciones

El desafío es levantar una sola lista de independientes. Esto implica también evitar que los pocos espacios autogestionados sean cooptados con las mismas lógicas partidistas, que terminan frustrando las oportunidades, reproduciendo clubes de amigos o lotes que se benefician y aplauden unos con otros.

Por: Diario Concepción 25 de Noviembre 2020
Fotografía: Carolina Echagüe M.

El poder si importa. En consecuencia, la excesiva fragmentación de los grupos que se reconocen como independientes o contestatarios y que proponen avanzar de manera decidida hacia una profunda transformación, han sido incapaces, hasta el momento, de aglutinarse, asumiendo, en ocasiones, una arrogante actitud moralista, como si fuesen la única impoluta reserva existente. Pretenden la fantasía de alcanzar cambios significativos desde pequeños y desconocidos nichos.

Posturas mesiánicas que de manera ingenua dicen estar actuando en nombre y representación de una supuesta mayoría homogenéa que se desplegó con fuerza pronunciándose por un proceso constituyente surgido a partir de una convención constitucional desconocen que este pueblo es profundamente diverso, no responde ya a las clásicas categorías de “izquierdas y derechas”, sin que dejemos de obviar que hubo una cantidad considerable de ciudadanos que se abstuvieron de participar, ya sea por indiferencia, por considerar ilegítimo el proceso o por la pandemia.

Como consecuencia de esta atomización que reproduce grupos de “WhatsApp” y que supone extrapolar lo que ocurre en el mundo virtual a un contexto político real harto más complejo a los breves y superficiales manifiestos pronunciados entre los mismos y para los mismos en las redes sociales, estamos incurriendo en la irresponsabilidad de dejar entregado un proceso histórico a los que no quieren que nada cambie, pudiendo llegar a la paradoja de forjar una nueva constitución sólo en apariencia. Un gatopardismo que pondría en entredicho la legitimidad del resultado, impidiendo contener a los extremistas de todos los colores, más visibles sólo porque gritan más fuerte o por sus disruptivas conductas, en desmedro de una gran mayoría que por carecer de espacios no han tenido la oportunidad de organizarse, siendo empujados a quedarse expectantes, mientras otros les arrebatan la voz por decirse sus mandatarios, cuando nadie los ha elegido.

Los ya golpeados partidos políticos tampoco parecen estar muy dispuestos en abrir estos espacios, haciendo que la institucionalidad sea receptiva a otros ámbitos de participación independiente, hasta dando pie a sospechar que toda la dilación en materializar estas iniciativas legislativas ha sido adrede.

El desafío es levantar una sola lista de independientes. Esto implica también evitar que los pocos espacios autogestionados sean cooptados con las mismas lógicas partidistas, que terminan frustrando las oportunidades, reproduciendo clubes de amigos o lotes que se benefician y aplauden unos con otros.

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