No sé si fue algo planificado, pero todo esto de generar la expectativa de una nueva Constitución escrita por el pueblo resultó perfecto para los partidos políticos.
Jorge Condeza Neuber
@jorgecondezan
No sé si fue algo planificado, pero todo esto de generar la expectativa de una nueva Constitución escrita por el pueblo resultó perfecto para los partidos políticos.
Ya a estas alturas se habrán dado cuenta que hay una lucha tremenda por el tema de los cupos para los pueblos originarios y una vergonzosa dilación de los proyectos de ley para permitir a los independientes una forma decente de competir. No solo tienen la manija para promover indicaciones a granel que traben todos los procesos legislativos, sino que además han instalado esta sensación de que los independientes son otra casta igual a ellos, una nueva “elite”, usando a propósito esta palabra que logra distanciar a los posibles constituyentes con la realidad de la gente común y corriente.
Pero donde está realmente el gran tema es en el sistema de elección de los constituyentes. Para esta elección se aplicará el sistema D´Hondt que usa listas de candidatos cuyos votos sumados construyen el famoso cociente electoral o cifra repartidora que permite que en estas listas se arrastre a todos los candidatos sin importar la votación que se tenga, lo que obliga a un independiente a lograr entre el 11 y el 15% de la votación si va en solitario. En esta elección habrá 3 o 4 listas de los partidos políticos, y alguna lista de los independientes o independientes intentando ir en solitario.
Si pudiéramos soñar y tradujéramos ese 80/20 de la constituyente totalmente elegida versus la mixta, podríamos pensar que a la lista de independientes irá un 80% de la votación. Pero para lograr eso primero tendríamos que poder competir en igualdad de condiciones y contar con los recursos que poseen los partidos políticos.
Esta semana se volverá a discutir en el parlamento un proyecto que busca nivelar la cancha, rebajando la cantidad de firmas de patrocinio de las listas de independientes al mismo porcentaje que se le pide a un partido en formación (hoy es 3 veces más). Que dichas firmas sean online con clave única y no asistiendo a una notaría lo que es casi imposible con la pandemia; y que estas listas puedan hacer pactos con otras, potenciando zonas donde no exista la cantidad de candidatos requeridas. Nada especial.
La trampita fue no explicar que, con convención totalmente elegida o mixta, los partidos tendrían un alto porcentaje de los constituyentes, asunto solo modificable si nos permiten competir en igualdad de condiciones, sin más trampas, sin más trucos y sin más dilaciones.