En general el Contador General, Contador Auditor y Contador Público y Auditor, son descritos como profesionales de bajo perfil, poco comunicativos, dedicados a trabajar con números sumando y restando, y también como pagadores de impuestos.
CARLA PARRA
Académica INACAP Sede Concepción Talcahuano.
Hoy ser Contador es un desafío constante, más aún en el año 2020 y con todos los efectos que conlleva esta pandemia.
En general el Contador General, Contador Auditor y Contador Público y Auditor, son descritos como profesionales de bajo perfil, poco comunicativos, dedicados a trabajar con números sumando y restando, y también como pagadores de impuestos.
Sin embargo, hoy en día ya no es así como nos definimos. Somos profesionales en estudio constante, asesores permanentes en las materias contables, tributarias, laborales e incluso legales para una cartera de clientes muchas veces variada. Estamos expuestos a cambios permanentes con los cuales debemos lidiar. A modo de ejemplo podemos recordar que en un período de sólo 7 años –desde 2014 a la fecha– hemos tenido varias reformas tributarias, tal como la última Reforma de Modernización Tributaria (Ley 20.210) promulgada en febrero del 2020 y cuya aplicación fue inmediata dentro del mismo periodo. Otros desafíos asumidos de forma paralela en este corto periodo, son el proceso de implementación de boleta electrónica para todos los contribuyentes en menos de 12 meses luego de promulgada la ley, y en el ámbito laboral como efecto de la pandemia tenemos la Ley de Suspensión Laboral, además del aumento de carga en la elaboración de finiquitos en muchos casos por cierre de empresas.
No podemos dejar de mencionar la implementación de nuevas tecnologías en las diferentes plataformas con las cuales trabajamos, desde el Servicio de Impuestos Internos, Tesorería o la Dirección del Trabajo, por nombrar algunas, las cuales nos han permitido mejorar y automatizar muchos procesos que en el pasado eran principalmente de forma manual. Así podemos liberarnos de este trabajo más tedioso y tener un mayor contacto con los clientes para entregar mejor orientación.
Durante este año se han agregado horas de trabajo y formación adicionales a nuestros procesos tradicionales, para así entregar una mejor información y servicios.
Hoy, como docentes formadores de profesionales de contabilidad nos vemos enfrentados a un desafío mayor al tener que entregar todos estos elementos del antes, del presente y del futuro con respecto a materias del área contable, y adaptarnos también a los desafíos de trabajar en ambientes virtuales, no presenciales.
Durante esta última década los contadores pasamos de ser administradores de libros a profesionales de continua formación, asesores integrales y traductores de las leyes y sus cambios, para traspasar esos conocimientos a nuestros estudiantes y clientes.