Opinión

Paridad y proceso constituyente: nunca más sin nosotras

Sólo después de que las mujeres organizadas denunciaran que no estaban siendo consideradas en el debate constitucional el Senado aprobó la paridad de género en el proceso constituyente mediante una reforma con 28 votos a favor, 6 en contra y 4 abstenciones.

Por: Diario Concepción 04 de Septiembre 2020
Fotografía: Cedida

Lay-Len Wong Parra
Colectiva – Justicia en Derechos Humanos
Corporación y Oficina Jurídica.

A menos de sesenta días del plebiscito del 25 de octubre, la posibilidad histórica de construir una nueva Constitución, en libertad y plena democracia, está cada vez más cerca.

Con mayor entusiasmo aún, las agrupaciones feministas ven en este proceso político la oportunidad de avanzar verdaderamente en igualdad, no discriminación y equidad de género, exigiendo que las mujeres seamos protagonistas de la redacción de una Carta Fundamental que consagre derechos en forma explícita y siente los principios de un sistema político que cuestione las relaciones estructurales de poder basadas en las dicotomías sexo/género y de lo público/privado.

Y es que la Constitución Política de la República – como todo texto jurídico – está lejos de ser neutra en cuanto a su género. Por el contrario, construida sobre el ideario del constitucionalismo liberal que, bajo la premisa de igualdad y universalidad, pasó por alto la subjetividad de las mujeres como sujetos de derecho, muchas veces invisibiliza y niega la realidad material: que hombres y mujeres no somos iguales ante la ley.

En un hecho histórico, el miércoles 5 de marzo – y sólo después de que las mujeres organizadas denunciaran que no estaban siendo consideradas en el debate constitucional – el Senado aprobó la paridad de género en el proceso constituyente mediante una reforma constitucional con 28 votos a favor, 6 en contra y 4 abstenciones. Pero esto es sólo el comienzo.

Estando garantizada la paridad en las listas de candidaturas a Convencionales Constituyentes y en los resultados de las elecciones de éstos mediante mecanismos de corrección paritaria a posteriori, el verdadero desafío para el futuro inmediato está en la elección del mecanismo de redacción, pues sólo con la fórmula de la Convención Constitucional podemos aspirar efectivamente a una integración que asegure el 50% de mujeres. La actual reforma por escaños reservados a pueblos originarios también se propone como paritaria.

Así las cosas, el reto político está más que en una medida de justicia, en si podemos o no construir entre todos, todas y todes una Constitución feminista que establezca finalmente una democracia paritaria.

Etiquetas