Una herencia de 13.770 millones

27 de Agosto 2020 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Lady Henao

Hoy, hemos conquistado el gran sueño de ver un agujero negro supermasivo. Y vamos por el siguiente gran sueño: el de encontrar vida en otro planeta…

M.Sc. Lady Henao
Doctorante en Ciencias Físicas
Docente de Astronomía-Talentos UdeC
Departamento de Astronomía- Universidad de Concepción.

¡Son 13.770 millones de años de edad del universo!, un hallazgo que recién se publicó, un hito que se logró analizando la radiación cósmica de fondo desde el Telescopio de Cosmología de Atacama en Chile. Sabiendo esto, quiero invitarle a una reflexión matutina:

Considere usted que, con semejante cifra, nuestra existencia cósmica representa tan sólo un 0,000000726216 % para el universo, o lo que es lo mismo, un 7,26 % pero no con uno, sino con ¡SIETE ceros a la izquierda!, lo que significa que cada una de nuestras fugaces vidas ni siquiera alcanza a ser un parpadeo en la historia del universo. En este nuevo contexto, usemos ahora unos lentes simples para mirar a nuestro pasado como especie: la historia nos da cuenta de nuestros actos de injusticia mundial que hemos perpetuado, y que hoy en día siguen tan vigentes cuan “radiación cósmica”, que aún es factible detectar.

Cuestionémonos aquí qué es la vida, y cuáles son nuestros orígenes. En las faraónicas aventuras por la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta, la nueva apuesta científica y lo que sugiere hoy en día la comunidad de expertos, es que debemos explorar deliberadamente: ¿A qué llamamos VIDA?. Las 3 misiones lanzadas a Marte en julio pasado, están alineadas por primera vez, en la búsqueda de indicios de vida en el planeta rojo. Aún queda mucho camino por recorrer, y recuerde Usted que Jill C. Tarter nos habló de estos aspectos profundos resumiendo que: “se necesita un cosmos para fabricar a un ser humano”.

Hoy, hemos conquistado el gran sueño de ver un agujero negro supermasivo. Y vamos por el siguiente gran sueño: el de encontrar vida en otro planeta… ¿alcanzaremos nosotros a presenciarlo? Cierre los ojos, deténgase, y sea consciente del hecho que, con mucha suerte, son apenas ¡100 años que usted vivirá! Con total seguridad, en 100 años más ya no estaremos aquí ni usted ni yo, leyendo esta nota, compartiendo una mañana hibernal a la distancia de una pandemia.

¿Nos alcanzará esta ínfima cuota de vida para resarcirnos como especie? ¿Alcanzaremos a devolver “algo” a la herencia evolutiva? “El camino del progreso no es rápido ni fácil”, nos enseñó Marie Curie. Aún tenemos la esperanza en la Caja de Pandora.