Chile hace muchos años arrastra la falencia de políticas efectivas en Salud Mental. Un tema además tabú y que culturalmente estamos poco adaptados a conversar por miedo o vergüenza al rechazo.
Salud Mental, según la Organización Mundial de la Salud, “es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad”. Incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social, afectando lo que pensamos, sentimos y actuamos cuando nos enfrentamos a la vida, cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con otras personas y la toma de decisiones. Está determinada por múltiples factores socioeconómicos, biológicos y medioambientales.
Problemas de salud mental se producen en todas las edades, cifras que no son menores en niños con hiperactividad y conductas agresivas. El suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años. Mujeres con trastornos depresivos y de ansiedad, adultos mayores con trastornos adaptativos y somatizaciones, cuadros que muchas veces son secundarios a otras enfermedades y, en la mayoría de los casos, se deben cargar sin tratamiento.
Sumado a lo anterior, muchos asumieron una crisis social que dejó grandes huellas y ahora estamos frente a una Pandemia que ha afectado aún más la salud mental de muchas personas, provocando mayor ansiedad, temor y preocupación. Esto, asociado a los varios días de confinamiento, ha alterado una forma normal del diario vivir.
Es de extrema urgencia realizar acciones concretas, acompañamiento, orientación y apoyo durante este proceso de pandemia. Tras este panorama y varias semanas que muchos expertos insistían en abordar este tema, el Ministerio de Salud presentó la iniciativa del Programa SaludableMente que fue recomendado por la Mesa Social Covid-19.
El programa cuenta con una página web que incorpora asesoría online con un psicólogo de Hospital Digital. También contempla una base de recomendaciones para enfrentar la pandemia para población general, niñas, niños y adolescentes, personas mayores, cuidadores, personas con discapacidad, personas con Covid-19 y para el personal de salud, incluyendo las guías que han sido lanzadas en cada área.
En esta emergencia sanitaria que vivimos nos acompañarán de manera permanente la incertidumbre, ansiedad, miedo a contagiarnos; a la muerte; a la pérdida del trabajo; problemas económicos… Son muchas las reacciones que se esperan podamos presentar, que son normales ante el momento que vivimos, pero si la capacidad de afrontamiento se ve superada por la magnitud del evento, ahí es donde tenemos que aprender a diferenciar. En presencia de síntomas permanentes que no ceden por más de un mes y que están afectando la vida diaria, ahí cuando debo buscar ayuda.
El autocuidado durante estos días es clave para prevenir alteraciones de la salud mental.
Aquí algunas recomendaciones: Evite imaginar el peor de los escenarios; No duerma todo el día ya que afectará su patrón de sueño y vigilia; No lea o esté todo el día conectado a la televisión mirando temáticas relacionadas a la enfermedad; Cuando presente emociones negativas, trate de expresar inmediatamente sus pensamientos y sentimientos a las personas que están a su lado.
Si estos sentimientos permanecen y afectan su vida diaria, ha llegado el momento de considerar que necesitara ayuda de un especialista.
Marcela Ragni Vargas
Directora de carreras del Área Salud Santo Tomás.