Opinión

Soluciones simples y locales para una amenaza global

Dado que aún no se cuenta con una vacuna ni tampoco con fármacos antivirales ni ninguna otra terapia de probada eficacia, los esfuerzos para contener la propagación del Sars-CoV-2, se han centrado, principalmente, en establecer medidas de salud pública general.

Por: Diario Concepción 13 de Junio 2020
Fotografía: Alvaro Llancaqueo

Dr. Álvaro Llancaqueo
Infectólogo, colaborador del Programa de Estudios Europeos

El coronavirus, Sars-CoV-2, que provoca la actual pandemia, se ha diseminado a prácticamente todos los rincones del orbe, desafiando todos los sistemas sanitarios y, en algunos casos, con consecuencias dramáticas como las ocurridas en Italia y España.

Dado que aún no se cuenta con una vacuna ni tampoco con fármacos antivirales ni ninguna otra terapia de probada eficacia, los esfuerzos para contener la propagación del Sars-CoV-2, se han centrado, principalmente, en establecer medidas de salud pública general como higiene frecuente de las manos, uso de mascarillas, cuarentenas, cordones sanitarios, distanciamiento físico y restricciones para viajar, con importantes repercusiones psicosociales y económicas. Existen importantes y justificadas presiones para reiniciar las economías y los gobiernos de todo el mundo han estado luchando para encontrar formas de aliviar las restricciones de bloqueo sin poner en riesgo la salud de las personas, en especial, las de los grupos más vulnerables.

Algunas de las soluciones que se han propuesto implementar, pero que hasta ahora sólo unos pocos países han adoptado, es el uso de aplicaciones de seguimiento de contactos como CovidSafe (Australia), TraceTogether (Singapur) y AarogyaSetu (India). Algunas de estas aplicaciones usan datos del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) y la tecnología Bluetooth. Así, el rastreo de contactos puede ayudar a controlar la transmisión del virus al alertar a las personas que podrían haber estado expuestas al coronavirus para que puedan “auto-aislarse”.

Un tema central de la introducción de estas aplicaciones es la eventual vulneración de la privacidad y la protección de datos personales. La urgente necesidad de lograr controlar la propagación de la enfermedad y evitar el colapso de los sistemas sanitarios, especialmente en las áreas de cuidados críticos de los centros de salud al introducir estas nuevas tecnologías durante una pandemia, puede fácilmente pasar por alto algunas de las posibles dificultades y riesgos asociados. Por otra parte, el contar con estas tecnologías no asegura que las personas realicen las acciones obvias que la información obtenida por estas aplicaciones les proporciona. Los seres humanos hemos dado muestras de no hacer lo obvio y el autocuidado y los “estilos de vida saludable” no es una característica generalizada en prácticamente ningún país de mundo.

Sin embargo, hay países que ha mostrado excelentes niveles de control de la diseminación del coronavirus, con datos confiables, sin tener que utilizar sofisticadas y costosas herramientas tecnológicas ni forzosas y militarizadas medidas de confinamiento. Uno de ellos es Uruguay.

Será entonces que con medidas simples (higiene de manos, mascarillas y confinamientos voluntarios), apelando a la responsabilidad individual y colectiva, como sociedad entera, utilizando el conocimiento que ya hemos alcanzado acerca de los mecanismos de transmisión del virus, podremos dar tiempo a que la ciencia, en un plazo razonable, nos entregue fármacos eficaces o una vacuna segura y efectiva para así ganar esta batalla.

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