Opinión

La pila de la Plaza de Armas

Por: Diario Concepción 03 de Mayo 2020
Fotografía: Diario Concepción

En el marco del festejo del mes del Patrimonio, haremos referencia, aquí, al diseño, construcción e instalación de nuestra principal escultura, que se levanta en el centro de nuestra Plaza de La Independencia de Concepción, reproduciendo un artículo de Oliver Schneider sobre dicha la Pileta.

“El monumento, es decir la estatua de Ceres, la candorosa diosa de la agricultura y la columna que la sostiene fueron fundidas en Escocia, en Liverpool, bajo la dirección del artista belga Monsieur Augusto Bleuze, siendo el dibujo y el proyecto de la obra, debidos al arte de don Pascual Binimelis, el hombre que, sin duda alguna, más ha hecho por el progreso edilicio de Concepción, en toda su larga historia.

El día 3 de enero de 1856, se comenzó a hacer en el centro de la plaza la excavación en que habría de colocarse la pila, cuya llegada estaba anunciada, la que sólo vino a acontecer a fines de febrero, en que, repartida en dieciséis grandes cajones, fue desembarcada en el puerto de Talcahuano.

Muchos días demoró en transporte a Concepción y fue la generosidad de los vecinos la que vino a proporcionar los rudimentarios medios de transporte, las carretas de cuatro yuntas de bueyes, para hacer el acarreo.

Sólo a fines de abril los cajones vinieron a ornar la Plaza de Armas. Decimos a ornar la plaza, porque esta era un simple peladero y, mal que mal, los cajones, que eran una esperanza, rompieron la monotonía de la pampita que era, sirviendo durante algún tiempo, un largo invierno y toda la primavera, de escaños para unos y de escondite para los chiquillos que en ella jugaban al pillarse.

La pila propiamente dicha no se trajo de Europa. Lo único importado es el monumento central. La pila se construyó aquí, con piedra chilena, traída de cerca de San Rosendo; fue canteada por un diligente cantero inglés que había trabajado en Santiago y Valparaíso y que se quedó entre nosotros, el señor Alejandro Strange, quien utilizó una hábil combinación de areniscas cristalinas, que fueron cuidadosamente seleccionadas.

Existen datos concretos de que todo el trabajo costó diecisiete mil pesos de la buena moneda de entonces, pesos debidos en una buena parte también, al bolsillo de don Pascual Binimelis y de algunos de sus familiares.

La elegancia de la pila, el propio valor artístico que sin duda posee dentro de su sencillez, no sólo llamó la atención a los penquistas, sino que fue su orgullo.

Estuvo a punto de ser exhibida en una exposición internacional de París; pero, la prisa que tenía don Pascual Binimelis por traerla lo impidió. Existen cartas que hablan de esto.

Grabados y elogios corren en las páginas de revistas inglesas y francesas de entonces.

En aquella época la gestión de don Pascual, como familiarmente se le conocía, fue bien apreciada, así como también su generosidad. Se colocó una placa en que decía que esta pila había sido construida por don Pascual Binimelis, siendo intendente de Concepción don Rafael Sotomayor.

La pila recibía en esos primeros tiempos el agua por medio de una cañería que venía directamente del chorrillo llamado de Martínez, en el cerro Caracol, o sea donde hoy día están los filtros del agua potable, frente a la calle Caupolicán.

La gente de los alrededores se proveía de agua en la pila, hasta que en las esquinas de la plaza se colocaron unos pilones de agua, y la pila se rodeó de una reja.

Uno de estos pilones se encuentra actualmente en Puchacay y, años más tarde, se trasladó la reja a la Plaza Cruz o del Ejército, donde todavía subsiste”.

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador del Archivo Histórico de Concepción

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