Faro del Bío Bío

19 de Abril 2020 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Diario Concepción

Alejandro Mihovilovich Gratz
Profesor de Historia y Geografía
Investigador del Archivo Histórico de Concepción

La prensa en la Región del Bío Bío

Desde el surgimiento del invento de la prensa por Gutenberg en el siglo XV, la propagación de este invento produjo la difusión de las más diversas ideas que se trasladaran a través de la escritura a los lugares más recónditos del planeta.

Chile llegó tardíamente al uso de la imprenta. Si pensamos que tan sólo con el impulso de la primera junta de gobierno del 1810 se produjo la compra de una imprenta, recién en 1812 y que dio origen al primer periódico chileno “La Aurora De Chile”, que impactó fuertemente a la población.

El Faro del Bío Bío 1833-1835:

“El Periódico semanal de ciencias, artes, literatura y comercio”, que principió el sábado 19 de octubre de 1833 y que fue redactado por los médicos Luis Boche y Juan Arteaga, el coronel Quintana y don José Antonio Alemparte. También colaboró don Pedro Fernández Garfias. Imp. “Instituto Literario”. 60 ejemplares con 2 páginas a tres columnas. Con este periódico se inicia la prensa penquista, el precio de suscripción era de 10 reales por casa 13 ejemplares.
Campos H., Fernando.” Historia de Concepción” pg. 372.

Concepción demoró un poco más en participar del fenómeno que producía la prensa.

El inicio del periodismo en Concepción, en 1833, se debió al esfuerzo del sacerdote mendocino, rector del Instituto Literario de Concepción y destacada figura universitaria y política de Córdoba, Argentina, Pedro Nolasco Caballero, quien logró conseguir del gobierno “una imprenta que estaba abandonada en los almacenes fiscales, compuesta por una prensa y algunas colecciones de tipos” y del médico e intelectual francés, Luis Boche (considerado por el historiador Carlos Oliver como “el alma (…) y nervio vital de toda esta organización”. La historia se inició en 1823 al abrirse el Noviciado de los Mercedarios, ubicado en calle Castellón, entre Freire y Maipú, y su colegio el Instituto Literario de Concepción.

“En 1833, su rector, el distinguido sacerdote mendocino don Pedro Nolasco Caballero (que había llegado el año anterior a la ciudad), hombre de ideas avanzadas para su época y con deseos fervientes de modernizar su colegio y la enseñanza, pensó (…) en la creación de un periódico (…). No había prensa en Concepción y creía que ella era una necesidad que había atenderse a costa de cualquier sacrificio.”

La primera edición de este proyecto, llamado “El Faro del Bío Bío”, como periódico de Ciencia, Arte, Política, Literatura y Comercio, vio la luz pública el jueves 17 de octubre de 1833 (para otros historiadores, como Fernando Campos, el primer número de esta publicación se tuvo el 19 de octubre de 1833), pero voceada en público el sábado 19 de ese mes . La edición, de cuatro páginas, divididas en tres columnas, era de carácter semanal y fue hecha en la Imprenta del Instituto Literario de Concepción.

Eran los momentos en que la República tomaba, por fin, su forma y organización, todo en medio de una fuerte disputa política interna. La nueva Constitución Política, de 1833, había dado equilibrio a los poderes del Estado, y este había logrado casi consolidar su quehacer luego de las reformas portalianas. Las provincias buscaban, a su vez, una lenta consolidación económica y política en medio del fuerte centralismo que seguía manteniendo Santiago.

“El Faro del Bío Bío” mantuvo una identidad regional, tanto en sus notas (gran parte de las veces con su estilo literario o filosófico y escasas veces noticioso) como en sus avisos comerciales. Así en su primera edición, para marcar un valor por la nacionalidad y la joven república, llevó uno de sus titulares más destacados de portada para una crónica sobre el juramento de las tropas de la guarnición local a la Constitución de 1833, recién promulgada. La nota entregó una serie de antecedentes sobre la ceremonia y algunos comentarios del autor sobre la trascendencia histórica del hecho siempre en la portada, un comentario, a la manera de editorial, señala la importancia que cumpliría la publicación para el desarrollo de la ciudad y la zona. Con todo, para Carlos Oliver la organización de este, “el primer periódico impreso en la zona sur y el más austral del mundo, fue inspirada con un alto sentido social y cultural”.

Ya desde el primer número el periódico de venta de la estancia “Las Mercedes”, ubicadas junto la Bío Bío en la suma de $1.000; y en 1834 ofreció en venta el fundo “San Onofre” , en Hualqui en $800, entre otros. También desde su primera edición indicada que podía encontrase en una tienda de Talcahuano y en la ciudad de Cauquenes. “El Faro del Bío Bío”, pese a las presiones recibidas, durante los dos años en que circuló, efectuó una serie de campañas de bien público, encabezadas por el doctor Luis Boche, entre las cuales se destacan las de salud bucal, el respeto a las normas de buena educación y la creación de una Alameda, frente al Cerro Caracol, hoy Parque Ecuador; entre otras. En medio de fuertes polémicas, la publicación logró romper, además, la lentitud, inercia y modorra de la sociedad penquista de comienzos del siglo XIX. Hasta sus proyectos culturales encontraron una fuerte oposición en varios círculos, entre ellos, los clericales.