Covid-19 y Cuarta Revolución Industrial

10 de Abril 2020 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Diario Concepción

Augusto Parra
Presidente Fundación República en Marcha

La sociedad humana no es una mera coexistencia física, sino una delicada, fluctuante y complejísima estructura de relaciones materiales y espirituales, sustentadas en la conciencia de una multiplicidad de objetivos e intereses comunes.

Hemos visto en estos días políticos, intelectuales, columnistas, líderes de opinión intentar describir y caracterizar cómo será la sociedad post pandemia del Covid-19 de evolución impredecible.

Intentando ofrecer respuestas y, de acuerdo con los modos de producción, se postulan determinados valores (morales, espirituales, intelectuales, estéticos, etc.) en virtud de la conveniencia argumentativa propia de la carga ideológica de cada cual y es así como particularmente quienes profesan ideologías anacrónicas, añejas y fracasadas en cuanto vía posible al desarrollo intentan reflotar y reivindicar sus tesis y anuncian artículo tras artículo el supuesto fin del capitalismo.

En lo personal creo las respuestas deben provenir de la comprensión profunda de los nuevos paradigmas y desde el análisis acabado de las externalidades de la crisis con algunas características, desde las dimensiones: sanitaria, económica, social y de adaptación de los procesos productivos, alejadas de toda carga política e ideológica y con sentido de políticas de Estado.

La coyuntura exige Estados que ofrezcan el máximo posible de seguridad social y que inyecten liquidez al sistema productivo para paliar los efectos de la crisis económica y vemos a los distintos Estados desplegando grandes esfuerzos fiscales en esa dirección Chile inyectando más de 11 mil millones de dólares equivalentes al 4.7% del PIB. En materia Sanitaria se ha optado fuera de toda carga ideológica por centralizar la asignación de los distintos recursos para combatir la emergencia, evitando privilegios a sectores más acomodados.

Pero el fondo es que así como hoy miramos con atención al Estado en la emergencia y esperamos el mayor de los esfuerzos posibles ante la defensa de la vida, superada la emergencia deberemos mirar hacia el mercado para recuperar crecimiento y empleo y deberemos asumir con muchísima agilidad que la pandemia va a acelerar procesos de transformaciones disruptivas en las formas de producir y si de acuerdo a los indicadores de diversos organismos internacionales las tasas de remplazo de mano de obra en manos de la automatización, la robótica, la inteligencia artificial y la conectividad entre otras herramientas tecnológicas sería de un 49% el 2030 lo más seguro es que esos plazos de reduzcan significativamente y que ya muchos comiencen a optar por nuevas formas de producir, como por ejemplo el tele trabajo.

Hoy enfrentamos un Shock en la oferta, pero mañana enfrentaremos una demanda que habrá sufrido cambios profundos.

Chile, el país que ha venido de una larga siesta en la zona de confort producto de sus buenas cifras y que venía cayendo los dos últimos años en los índices globales de competitividad y de innovación del Foro Económico Mundial, tendrá que enfrentar la crisis sanitaria, la emergencia económica y Social, pero además con el mismo nivel de urgencia requerirá innovar y saltar a la cuarta revolución industrial sin delación y con urgencia.