Jorge Campos Naranjo
Mg Cs Tecnólogo Médico, Jefe de carrera
Laboratorista clínico y Banco de Sangre
Instituto Profesional Virginio Gómez
Hoy es casi imposible abstraerse de la pandemia que nos ataca. Hace unas semanas pensábamos que esto sucedía muy lejos, en China y ahora tengo amigos portadores de COVID19 a mi lado. En diciembre de 2019, en Wuhan, pacientes adultos presentaron cuadros de una neumonía severa y desconocida. Rápidamente se tomaron muestras respiratorias, hisopados faríngeos y secreciones para determinar la etiología de la enfermedad y ya al 31 de diciembre China notificaba el brote a la OMS.
Una semana después el virus fue identificado como un coronavirus, extremadamente pequeños, desde 60 a 140 nanómetros de diámetro, capaces de atravesar distintos tipos de barreras, por lo que el uso de mascarillas como mecanismo de protección en personas no contagiadas es altamente cuestionado.
Los casos aumentaron exponencialmente y se constató que la transmisión estaba ocurriendo de humano a humano… desatándose la epidemia.
Este virus que provoca un síndrome agudo respiratorio severo se extendió rápidamente desde China al resto del mundo. Hasta el 19 de marzo hay comunicados 274.180 casos de enfermedad por COVID-19 y 11.375 muertes reportadas.
Este virus ataca sin distinción de edades y en forma transversal a toda la población, con una capacidad de contagio de 2 a 7 personas por cada caso positivo, superando a otros virus corona. Un virus altamente contagioso que ha puesto en jaque a 162 países del mundo, sino a todos.
Existen cuatro tipos de virus corona, a saber, HKU1, NL63, 229E y OC43 han estado en circulación en humanos y generalmente causando enfermedad respiratoria leve desde mucho antes, pero ninguno como el COVID-19.
En Chile, desde el primer caso la expansión del contagio a través de las últimas dos semanas de marzo a mostrado una curva exponencial, presentándose 434 casos al momento de escribir este artículo, eso significa que si no tomamos las medidas sanitarias pertinentes y con seriedad, lo que está ocurriendo puede volverse crítico, como claramente lo han expresado múltiples autoridades y expertos en salud pública y epidemiología a través de distintos medios de comunicación.
El llamado entonces es a tomar conciencia del peligro y de los cuidados que cada uno de nosotros debe tener, no lo pensaron así los italianos y españoles. Que no nos pase a nosotros también.