Andar en bicicleta, rodar feliz y con seguridad

03 de Febrero 2020 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Luis Alberto Parada Salinas
Académico de Pedagogía en Educación Física
Universidad San Sebastián

La bicicleta como medio de transporte gana cada día más adeptos. Con distintas motivaciones, como tener una vida más saludable, promoción del ejercicio, desplazamiento más fluido, conciencia ecológica, economía y otros, las personas están prefiriendo más las dos ruedas.

Desde el punto de vista de los cuidados de la salud, la comodidad y la economía del trabajo, la ergonomía propone algunos consejos que se deben considerar al utilizar la bicicleta, la que se puede hallar en variados tipos, modelos y tamaños para cumplir con distintas actividades funcionales.

Las adecuaciones personales son las que necesitamos conocer para un uso confortable y seguro, de manera de producir una distribución adecuada de las fuerzas, mejorar la eficiencia mecánica y evitar la sobrecarga. Los ajustes básicos están en relación con las necesidades y comodidad realizando las adaptaciones suficientes y necesarias. Evidentemente que la primera medida es seleccionar una bicicleta adecuada a cada tamaño corporal, de manera que esta permita un adecuada adaptación y sostén de los tres puntos fundamentales de apoyo corporal, la región isquiática (asiento), manos y pies (pedales) evitando la sobrecarga.

La altura del sillín debe corresponder a la altura de la extremidad inferior desde el pie hasta la cresta iliaca (cadera) y se mide colocando la bicicleta al costado del cuerpo y equiparando el sillín con el punto antes mencionado.

Esto permite que, al pedalear, la extremidad alcance un grado óptimo de flexión y extensión en todo el recorrido. Teniendo esta medida se puede obtener un valor de referencia para el manubrio y apoyo de manos considerando una proyección horizontal desde el sillín hacia el manubrio. La distancia promedio deberá corresponder más o menos a la dimensión del antebrazo del transportado. Al subirnos entonces a la bicicleta, los antebrazos deben quedar levemente flexionados, no extendidos completamente lo que permitirá disipar carga y que esta no se transmita al resto de la extremidad.

Respecto del sillín, considerar también su confortabilidad. Puede tener una depresión (surco) a nivel central para impedir la compresión sobre la región perineal. Una adecuada altura y relación entre el sillín y manubrio evita sobrecarga sobre los hombros y la espalda. Un sillín alto provoca un posicionamiento inadecuado de la pelvis, uno bajo provocará una posición inadecuada de los pies y un mal ángulo de ejecución de la fuerza con aparición de dolor y fatiga temprana. La realización de la fuerza en los pedales debe corresponder a la región de los metatarsos y no a las puntas y los talones. La posición de la espalda debe ser tal que permita mantener las curvaturas fisiológicas de la columna vertebral.

Si sigue estas recomendaciones, más las medidas de seguridad personal, vivirá el placer de rodar.