Hacer la pega entre todos

El titulo original, Les trois mousquetaires, es tan obvio que parecía innecesario traducirlo, sin embargo, el éxito mundial de esta obra de Alexandre Dumas, escrita en 1844, hizo que se tradujera en casi todos los idiomas conocidos. No está de moda en los actuales tiempos, con jóvenes poco dispuestos a perder el tiempo en historias viejas de héroes apolillados, en busca de entuertos por desfacer.

El protagonista, sin embargo, hizo lo que a muchos jóvenes les gustaría hacer, salir a comerse el mundo y hacerse rico y famoso, a pesar de no tener mucho aporte de la familia. Así, D’Artagnan, un joven gascón de familia noble venida a menos, parte a París para cumplir su sueño de convertirse en Mosquetero.

Conoce allí a tres de ellos, Athos, Porthos y Aramis, con los cuales desempeña todas las tareas y aventuras que salieron de la imaginación inagotable de Dumas; intrigas interminables con el malo de turno, el aceitoso y maquinador cardenal Richelieu.

En época en la cual se desarrolla la historia los pánicos eran frecuentes, pocos días pasaban sin que alguna aldea registrara alguna pelotera; estaban los señores que guerreaban entre sí; estaba el rey que hacía la guerra al cardenal; los nobles que le hacían la guerra al rey. Además de estos conflictos, sordos o públicos, secretos o evidentes, había otros voluntarios variopintos, que le hacían la guerra a todo el mundo.

No hay nada nuevo en tener conflictos, lo aleccionador es que el único modo de resolverlos es con mutuo apoyo, el famoso lema de los mosqueteros con los ideales de amistad, honor y lealtad: “¡Uno para todos y todos para uno!” No estaría nada de mal probar si todavía funciona.

PROCOPIO