Opinión

Los aprendizajes de la desconfianza

Por: En el Tintero 02 de Noviembre 2019

El primer postulado es que lo que sucede en la infancia tiene importancia en la personalidad de cada uno de nosotros para el resto de nuestros días. Sin embargo, no es evidente que todos y en todas partes tengan eso claro, si así fuera, entonces, no sería necesaria la existencia de tantas organizaciones, gubernamentales o de las otras, para cuidar de los niños en diversos aspectos.

Según Ericksson, un famoso psiquiatra, es en la primera infancia cuando se tiene que resolverla crisis de Confianza vs Desconfianza, para la primera se requiere la satisfacción segura y consistente de las necesidades básicas, las necesidades materiales, como la alimentación, la temperatura, la higiene y las otras menos aparentes, las afectivas e inmateriales, que en términos simples expresan si nosotros, como bebés, fuimos esperados, queridos, regaloneados y centro exactamente geométrico de la atención de nuestros padres y de familia donde aterrizamos gracias a vuelo rasante de la cigüeña.

Si tenemos consistentemente todo lo que nos hace falta, entonces, aprendemos a confiar, si no es así, entonces no, con toda la gama de posibilidades intermedias, el tema es relevante, en una época donde cada vez más gente parece creer menos, con justificación probablemente, ya que la comunicación al instante de nuestros días nos tiene, adecuadamente, informados de las pillerías de turno, hasta dejar a medio mundo sospechando de la otra mitad.

Lo que no dijo el experto en cuestión, es que la sociedad se puede distorsionar de modo tal que resulta necesario aprender a desconfiar, cosa que está ocurriendo ahora mismo, así que faltan cambios urgentes en la sociedad para que podamos tener, nuevamente, fe en el otro.

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