Rodrigo casi se hace la América

En un día como hoy, un grito de madrugada cambió el diseño conocido del planeta. A partir de ahí, hubo que empezar a dibujar otro continente, donde se pensaba que había sólo agua de mar. El protagonista, bastante esmirriado y olvidado por la historia, que apenas lo menciona, era un marinero free lance, nacido en Los Molinos, Sevilla, España, en 1469 y bautizado como Juan Rodríguez Bermejo. Por alguna misteriosa razón, puede que asociada al hecho que su padre era un artesano musulmán convertido al cristianismo, era conocido como Rodrigo de Triana, el nombre de su barrio.

En la historia de las Indias y conquista de México, de Francisco López de Gómar, este escribe, “dijo Rodrigo de Triana: “Tierra, tierra”, a cuya tan dulce palabra acudieron todos a ver si decía verdad; y como la vieron, comenzaron el Te Deum laudamus, hincados de rodillas y llorando de placer”.

Por su parte, al relatar los hechos ocurridos durante la madrugada del 12 de octubre de 1492, a las 2:00 a.m. para ser más precisos, escribió Cristóbal Colón: “…Y porque la carabela Pinta era más velera e iba delante del Almirante, halló tierra y hizo las señas que el Almirante había mandado. Esta tierra vio primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana…”

Según el diario del primer viaje de Colón, los Reyes de España había prometido una recompensa de 10.000 maravedís al primero que avistara tierra, pero si fue así, el pobre de Rodrigo nunca se enteró, por lo que tuvo que seguir navegando, en otras expediciones, muriendo en el norte de África.

Es posible que no se haya enterado que tiene un monumento en el barrio sevillano de Triana, famoso tardío que nunca supo que a 527 años de distancia, lo recordaríamos.

PROCOPIO