No era lo mismo rodear el mundo
02 de Octubre 2019 | Publicado por: En el Tintero
Todo empezó por el vil metal, las ganancias exorbitantes del negocio de las especias, una lista que permitía hacer maravillas en la cocina, a cual más escasa y cara, por lo remoto de su origen, para los europeos del siglo XVI; comino, cúrcuma, pimienta, cardamomo, canela, nuez moscada y azafrán, entonces para príncipes, ahora en sobrecitos en los supermercados.
Fernão de Magalhães , convencido que tenía una nueva y mejor ruta para traerlas, buscó apoyo en el rey de Portugal, el más rico de la cristiandad, gracias a las especias de oriente provenientes de la zona de su propiedad desde 1511, pero este no le dio la pasada, convencido que su ruta era la mejor.
El rey de España fue quien aprobó el proyecto y corrió con la mayor parte de los gastos de la expedición comercial, el entonces Fernando de Magallanes, partió sin saber que estaba dando la vuelta al mundo, muriendo a medio camino, en una riña con un rey isleño de malas pulgas.
Toma el mando, de lo que quedaba de la expedición, Juan Sebastián Elcano, de Guetaria, Guipúzcoa. En tiempos contemporáneos, los vascos, con la grafía euskera, escriben su apellido como Elkano, al mismo tiempo que defienden, y con razón, que fue él que dio la primera vuelta al mundo, de hecho, el rey de Castilla le concedió una pensión anual de 500 ducados y la inclusión en su escudo de una esfera del mundo con la leyenda en latín «Primus Circundedisti me», el primero que me circunda. No se supo mucho más de los diecisiete marineros supervivientes, hambrientos, enfermos y exhaustos, de los 250 que habían partido. Falta, como siempre, la historia de la gente común, por lo común olvidada.
PROCOPIO