Dos de cada tres padres y madres están de acuerdo en que sus hijos e hijas pasan demasiado tiempo conectados a Internet. Es decir, prefieren estar frente a una pantalla, en lugar de otras alegrías y beneficios de la infancia y, por ende, están continuamente expuestos a diversos riesgos potenciales. Las amenazas en línea más peligrosas, según los padres, son el contenido nocivo, como de tipo sexual o violento (27%) que pueden ver los niños; la adicción a Internet (26%); y los mensajes anónimos o contenido que les incita a llevar a cabo la actividad violenta o inapropiada (14%).
Para reducir los riesgos potenciales y explicar los peligros de navegar por Internet, los especialistas recomiendan a los padres conversar con sus hijos e hijas, de manera a explicarles las amenazas de una manera que puedan entender y relacionarse, hacer que los niños tomen en serio las amenazas y disuadirlos de ceder a la presión de sus compañeros.
Está claro que los padres deben adoptar métodos más personales y verbales para crear experiencias más seguras en Internet, y usar las herramientas que están disponibles para ayudarles a comenzar a tener esas conversaciones.
Tenemos que aceptar que Internet permite a niños y niñas tropezar con contenido que nunca quisiéramos que vieran.
Por ello es que la privacidad y la seguridad deben ser una prioridad para todos y en todos los ámbitos. Hablar de estos temas puede hacer una gran diferencia.
AQUINO