No olvidar a Rozas
19 de Septiembre 2019 | Publicado por: En el Tintero
Una calle alejada del centro cívico, una escultura de bronce en el Parque Ecuador que poco se le parece y un sitial de honor en el Panteón de los Héroes del Cementerio Municipal de Concepción, son los tres mayores hitos que recuerdan en nuestra ciudad a quien fuera uno de sus próceres más insignes: Juan Martínez de Rozas, miembro de la Primera Junta Nacional de Gobierno. ideólogo de la Independencia, para la mayoría, ilustre desconocido.
En estas pocas líneas, habrá que ser somero. Baste decir que este mendocino, abogado, intelectual, filósofo y físico, que había estudiado y hecho clases en la U. de San Felipe, se instaló en Concepción para trabajar como secretario del intendente y luego gobernador Ambrosio O’Higgins. Acá se casó con María Nieves Urrutia, hija del empresario vasco que amasó la segunda mayor fortuna de Chile. Lector asiduo de los autores de la ilustración (prohibidos por la corona), desde sus cargos públicos empezó discretamente a acariciar la idea de un Chile independiente. Años más tarde, jugó un papel estratégico en los prolegómenos de la independencia, acelerando con su gestión el desarrollo de los hechos. El 18 de septiembre de 1810, el cabildo abierto de Santiago lo nombró vocal de la Primera Junta de Gobierno, asumiendo como su principal líder. Junto con establecer libertad de comercio, la junta llamó a elecciones de un Congreso Nacional. Su enérgica respuesta al motín de Figueroa, le valió la antipatía de las familias más influyentes de Santiago, sin embargo, Rozas siguió detentando el poder desde Concepción.Finalmente, Carrera lo deportó a Mendoza, donde murió en 1813.
Recién en 2015, doscientos años después de su muerte, los restos del prócer volvieron a Concepción, gracias a la gestión de un grupo de historiadores y del municipio penquista.
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