Opinión

Mónica González

Por: Diario Concepción 05 de Septiembre 2019
Fotografía: Mónica González

El 24 de Octubre de 1949, nació en Santiago Mónica González Mujica, en el seno de una familia que bien pudiera ser catalogada como de clase media. Estudió en la educación pública chilena, el único camino que en ese entonces se veía para los jóvenes que aspiraban a superarse y salir adelante gracias a su tesonero esfuerzo que comprometía una voluntad incansable y una vocación dispuesta a superar problemas y barreras. Egresó del Liceo N° 9 de Niñas de Santiago e ingresó a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile.

Es muy posible que si en este momento se hiciera una encuesta –instrumento tan de moda y predilecto de seudo líderes que tratan de actuar conforme a la orientación de los vientos que soplan- un elevado porcentaje de hombres y mujeres chilenos de toda edad declararía impávidamente que desconoce quién es Mónica González. Eso es bastante lógico toda vez que la “prensa seria” (papel y televisión) se ha limitado a entregar el párrafo o los minutos indispensables para dar por cubierta una noticia que, como en muchos otros casos, actuales o pasados, concluye con la torpe frase ritual que dice: “El premiado recibirá un cheque por equis millones de pesos y una pensión vitalicia de equis uefes”, como si en ese dato monetario estuviese el meollo de la información.

Mónica González es periodista. Sí. Periodista con mayúsculas. Es una profesional de la prensa que puede ser reconocida en el popular verso de la ya tradicional canción “Resitiré”, cuya letra desafiante fue escrita por el también periodista y compositor español Carlos Toro Montoro : “Soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie”.

Sus primeros pasos en la actividad, los dio Mónica en el rojo diario “El Siglo” y en la revista “Ahora”. En 1973, se exilió a París para retornar, en plena dictadura, al reporteo en los combativos periódicos opositores “Análisis” y “Cauce”. Cuando empezaron a soplar los aires de la libertad, integró el panel estable del tradicional programa político “Tolerancia Cero”, fundó la revista “Siete + 7”, fue subdirectora de “La Nación” y directora del “Diario Siete”. Paralelamente, su trabajo fue publicado en libros inolvidables: “Bomba en una calle de Palermo”, “Los secretos del comando conjunto”, “Apuntes de una época feroz: reportajes y entrevistas en dictadura”, “La gran estafa”, “La conjura” (Los mil y un días del golpe” y “Los secretos del imperio de Karadima”, entre otros. Su labor profesional ha sido profusamente reconocida. Numerosos galardones reconocieron un trabajo ejercido con autonomía e independencia, destacando entre otros el Premio Anual de la Comisión de Derechos Humanos de España, los premios María Moors Cabot, Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, Libertad de Prensa de la Unesco, Embotelladora Andina y Lenka Franulic, hasta culminar ahora con el Premio Nacional de Periodismo 2019.

En 2007, Mónica dio vida a la que sería la aventura y el desafío de su vida. Creó “Ciper”, Centro de Investigaciones Periodísticas, base desde la cual abrió el camino para un periodismo de investigación prácticamente desconocido en un país en que los grandes medios, con mayor frecuencia de la esperada, rinden pleitesía a los más poderosos grupos de interés. Investigar sus redes, sus colusiones, las oscuras relaciones entre la política y los negocios, cuestionar y hacer públicas las conductas de las “autoridades morales” de la República, hace ya mucho tiempo que dejó de ser un juego de niños para transformarse en un riesgo de múltiples colores. Ser valiente para gritar la verdad, ser capaz de mantenerse sin compromisos cuando casi todos se rinden ante el poder y el dinero, pasar por duras vicisitudes financieras para subsistir cuando todos presionan para imponer silencios y ocultamientos, son valores destacables.

En Ciper, Mónica ha procurado hacer realidad la centenaria frase de desconocidos padres que cada día recuerda lo que debe ser el alma de un periodismo democrático: “Cualquier cosa que alguien quiere que sea publicada, constituye relaciones públicas. Al contrario, lo que alguien no quiere que se dé a conocer en un periódico, eso es noticia”.

Al recibir el comunicado oficial que la incorporaba a la nómina de figuras imborrables del periodismo nacional, Mónica González dijo: “Lo que estamos enfrentando es la mayor amenaza a la democracia. Ya no se viste de soldados con el rostro pintado de negro ni con tanques o metralletas. Enfrentamos una industria de noticias falsas, enfrentamos una amenaza a la democracia que amenaza nuestro sistema de vida. (…) Este no es un premio a Mónica González. Conmigo vienen los periodistas que dieron vida a la lucha por la democracia. Mario Planet, Edwin Harrington, José Carrasco y tantos otros. Cada uno de ellos dejó en mí una huella importantísima”.

Mónica González Mujica es un testimonio vivo de coraje, de sacrificio, de capacidad para enfrentar peligros y para permanecer siempre íntegra, a cualquier costo. Como expresara su colega periodista español Carlos Toro Montoro, ella encarna esos versos que dicen “resistiré erguida frente a todos… y cuando cueste mantenerse en pie, … soportaré los golpes y jamás me rendiré”.

Felicitaciones, Mónica, por la clase que ha sido tu vida. Yo sólo te cambiaría tu nombre. A partir de hoy, yo te nombro Libertad.

 

 René Fuentealba Prado, abogado
www.laventanaciudadana.cl

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