Para el imaginario colectivo latinoamericano es más empático y cercano hablar de Casablanca que del Reino de Marruecos. Esto se explica, entre otras razones, por la extraordinaria cinta de Michael Curtiz, protagonizada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, que lanzó literalmente al estrellato a esta hermosa ciudad enclavada en el oeste de Marruecos.
La joya cinematográfica Casablanca a la que referimos sirve de excusa también para invitar a mirar a este pujante país como destino de negocios, pues no sólo se trata de un importante mercado para los productos chilenos con miras a penetrar también al amplio mercado africano y europeo, sino que objetivamente se revelan notables ventajas a la hora de plantearse la expansión de nichos para productos, servicios, inversión y turismo. De allí nuestra opinión profesional: No sólo se debe aspirar a entrar al mercado chino, el Magreb también representa grandes oportunidades para los empresarios chilenos.
Un vuelo comercial desde Chile a Rabat, la capital de este hermoso país, o a Casablanca, la ciudad más comercial y poblada de este Reino, puede estar entre las 12 y 15 horas de duración, dependiendo de dónde se haga la escala, si en España, Portugal o Francia, lo que dista enormemente de las 23 horas promedio que se tarda un pasajero comercial en un vuelo a Beijing, Shanghái o Hangzhou, tomando en cuenta que estamos sólo hablando de horas de vuelo, pues sumado a las esperas en las escalas el viaje puede durar hasta dos días. Otra diferencia importante es en la ruta marítima, un conteiner puede salir de Chile y entrar a alguno de los puertos importantes de Marruecos en un poco más de tres semanas, sin embargo, necesita al menos un mes para arribar a algún puerto chino.
Ahora bien, las enormes posibilidades y oportunidades que se plantean de ida y de vuelta con Marruecos no son una serendipia, no resultan en lo más mínimo un plan de negocios efímero, circunstancial o excéntrico, para evidencia he aquí algunos datos gruesos y sólidos: el Reino de Marruecos tiene firmados más de cuarenta acuerdos de libre comercio con diversos países del mundo, los cuales le permiten el acceso preferencial a más del 60% del PIB mundial y a un mercado de más de mil millones de consumidores. Por otro lado, el país se ha esforzado en crear una infraestructura versátil para fabricar en Marruecos y luego suministrar a Francia, España y Portugal en cosa de 24 horas o menos, tomando en cuenta que las zonas francas se encuentran básicamente al norte del país frente a la Unión Europea y a escasos kilómetros de los puertos internacionales de embarque españoles, lugar en donde construyeron el Tánger Med, el puerto de gran calado más importante y moderno de todo el norte de África.
Como puerta de entrada al mercado africano, Marruecos representa un punto clave y estratégico, si consideramos que ese continente tiene el segundo mejor pronóstico de crecimiento mundial con una proyección de más de 4% interanual, lo que hace muy inteligente abrir operaciones por esos lares para resguardarse de los vaivenes predecibles que tendrá el mercado mundial producto de las disputas de los EE.UU. con el gigante asiático en las próximas décadas, situación que la cancillería chilena anticipó con la firma de un Memorándum de Entendimiento en Materia de Inversiones y Comercio en octubre del 2018 como paso previo a un próximo Acuerdo Comercial, lo que permitirá un crecimiento estimado del comercio e intercambio a una tasa promedio interanual de cerca del 30%, aunque vale la pena mencionar que arranca de una cifra bruta bastante modesta que puede ser multiplicada por diez en un período medianamente corto.
Richard J. Vargas
Lic. en Estudios Internacionales
MSc. en Economía Internacional
Universidad Central de Venezuela
richardjosevargas@gmail.com