Opinión

Cómo confrontar el estrés del cambio

Por: Diario Concepción 30 de Julio 2019
Fotografía: Diario Concepción

Pamela Espinosa B.
Psicóloga, Coach Profesional Pontificia Universidad Católica de Chile
bac.cafeconcepcion@gmail.com

En medio de todas las presiones, exigencias y ritmo vertiginoso de la vida contemporánea, no hay duda que el factor del cambio sigue siendo un estresor potente dentro de las organizaciones. Y por muchas oportunidades que prometa, al menos al principio se nos presenta como un factor de agobio, desánimo y estrés.

Ya sea porque no sabemos cómo manejarlo, el solo hecho de cambiar y de salir de nuestros hábitos crea naturalmente una resistencia, la sensación de estrés y el efecto de duelo con nuestra antigua forma de trabajar.

Este estrés natural al cambio se incrementa al asumir que todo debemos hacerlo de un día para otro, rápidamente. Es en medio de todos estos cambios necesarios, buenos e inminentes, que surge una sabia recomendación japonesa: “El Método Kaizen”, que significa cambio beneficioso, y que nos propone dar “un paso a la vez”.

El escritor Robert Maurer comenta que “todos los cambios, incluso los positivos, dan miedo. Los intentos de lograr objetivos utilizando medios radicales o revolucionarios, a menudo fracasan por que aumentan el miedo. Pero los pequeños pasos del Kaizen desarman la respuesta cerebral al miedo, estimulando el pensamiento racional y el juego creativo.

¿Cómo se convierten los pequeños saltos en pasos gigantescos? Tu cerebro está programado para resistirse al cambio. Pero, al dar pequeños pasos, reconfiguras eficazmente el sistema nervioso, de modo tal que elimina el bloqueo creativo, evita la reacción de lucha o huida y crea nuevas conexiones entre las neuronas, el cerebro asume con entusiasmo el proceso de cambio y logras avanzar rápidamente hacia tu objetivo”.

La invitación del Kaizen es a asumir los cambios simplificando al máximo los pasos necesarios de dar y dividiendo la gran meta en pequeñas victorias que creen confianza y seguridad en las personas, sin tanto agotamiento y desarrollando la capacidad de disfrutar los pequeños logros y apreciar nuestras capacidades.

En vez de proponerte bajar 5 kilos en una semana, ir todos los días al gimnasio, o lograr tus planes estratégicos un solo año; mejor sé gentil con tu propio cuerpo y con las demás personas y divide estas grandes metas en pequeños pasos y esfuerzos que no consuman las energías de una sola vez.

Recuerda que si no logras lo que te has propuesto, terminarás desmotivándote o perdiendo credibilidad si de trabajo se trata. Propón un plan lograble, prémiate por las pequeñas victorias y sin darte cuenta habrás avanzado y fortalecido tu motivación y la de los demás.

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