Repita cuatro veces su nombre: Karla Ortiz

29 de Julio 2019 | Publicado por: Paulo Inostroza
Fotografía: La Tercera

A sus 33 años, la viñamarina se consagró campeona por cuarta vez del Mundial de BMX, esta vez en Bélgica. Una deportista que merece más aplausos y muchísimo más apoyo para competir.

Karla ha sido cuatro veces campeona del mundo y, sin embargo, aún debe hacer rifas para viajar y competir. El año pasado, estuvo muy cerca de quedarse abajo del avión a Azerbayán, hasta que apareció una empresa de Valparaíso y le puso los pasajes. Volvió con el oro. Trabajó mucho tiempo part time, hoy es kinesióloga y nunca tuvo beca deportiva. En la universidad no la dejaron ir al Mundial de China. Un profesor le advirtió que si viajaba, diera su ramo por reprobado.

Karla tomó la bicicleta a los 4 años, como casi todo el mundo. Sintió que era buena, pero no le era fácil competir aquí y allá, pagar viajes y una buena bici. Cerca de los 30 pudo ser campeona mundial. Le gustaría entrar a las Olimpiadas, pero debe anotarse en 10 competencias en el año y le es imposible costearlas. Le da rabia que manden solo a los hombres. Muchas veces ha pensado retirarse, pero son cinco o diez minutos que se esfuman rápidamente. Su corazón siempre le gana a la lógica.

Karla ha sufrido lesiones importantes. Tres meses de rehabilitación antes de su tricampeonato y lo de este año, cuando estuvo un mes en silla de ruedas. El 5 de mayo sufrió una caída importante y le diagnosticaron 10 fracturas y problemas en su clavícula. Dos meses y medio después, con solo un par de semanas de entrenamiento, volvió a ser la mejor de su categoría, ahora en Bélgica. Tiene un par de auspicios, su familia la ayuda como sea para que siga y no baje los brazos.

Karla aparece poco en las portadas de los medios. Por eso, aquellos que les encantan las fotos al lado de un deportista exitoso, tampoco se acercan mucho. Karla puede sumar el 2020 su quinto título y mañana el sexto, pero es un triunfo tan solitario. De ella, de los poquitos que están a su lado siempre. Y como Karla hay muchos, aunque pocos siguieron sin tirar la toalla.