El ministro de Bienes Nacionales en gesto encomiable, ha lanzado un operativo de limpieza de rayados en un monumento emblemático, en Plaza Italia, centro neurálgico de toda celebración capitalina digna de mención, una actividad que se enmarca en la campaña “Cero Rayados”.
Sus palabras, si bien elegantemente enhebradas, son una repetición de alocuciones que se han escuchado de tiempos inmemoriales, en cada municipio chileno, casi a la letra; “si bien las autoridades están llamadas a mantener los lugares públicos impecables, aquí tiene que haber un compromiso de la ciudadanía. Esto tiene que importarnos a todos. No nos podemos acostumbrar a que existan rayados. Lo que es de todos no significa que no sea de nadie, es de cada uno de nosotros y es responsabilidad de cada uno de nosotros”.
La novedad, sin embargo, es que la tecnología asoma su nariz, introduciendo un elemento nuevo digno de ser acogido por otros municipios, como el nuestro, que ha dado muestras reiteradas y perdidas de combate al envilecimiento de los muros urbanos, es un llamado a denunciar a través de un banner en el sitio web bienesnacionales.cl y a través de una aplicación especial. Es un llamado a los vecinos, a los afectados directamente y a los numerosos otros testigos aburridos de ver tanta suciedad en los entornos cotidianos.
Se supone que una vez instalada y operativa esa aplicación, que permite denunciar a los hechores, exista capacidad de respuesta, que sea realmente una diferencia, que los vándalos en busca de identidad perdida, sepan que hay consecuencias ingratas, de lo contrario es una nueva demostración de elocuencia inspirada y falta de convicción, exactamente lo contrario de lo hace falta.
PROCOPIO