La trampa del arte gratis
02 de Mayo 2019 | Publicado por: En el Tintero
Se suele utilizar la expresión “por el amor al arte”, para dar a entender que tal actividad o trabajo se realiza gratuitamente. En no pocos casos es realmente así, el artista, llevado por su pasión, sencillamente hace lo que esta le pide, sin pensar en que hay asuntos materiales involucrados, verdad que se hará presente más pronto que tarde y no siempre con amabilidad y dulzura.
El arte, como toda actividad humana, tiene connotaciones económicas, los artistas son seres corpóreos y con la comprensible ambición de tener donde caerse muertos, además, algunos quieren o tienen familia, costos y responsabilidades añadidas. El mismísimo Neruda, declaraba, muy suelto de cuerpo, que era poeta, pero no tanto.
El arte, como la belleza y el amor son bienes indispensables, de alto consumo, cada cual con su nicho, la necesidad común de trascender, de acercarse a otras dimensiones más allá de las que el cuerpo puede contener, reside en los lugares menos pensados, como la fantasía de los niños o las leyendas populares, para decirlo de una vez por todas, necesita apoyo. No es gratis.
Frente a esta circunstancia la promoción y difusión cultural son igualmente funciones de Gobierno –comparable con tareas similares en salud, educación o vivienda– y requiere de presupuesto. Necesita del aporte del distinguido público, mal acostumbrado al arte con entrada liberada, con el riego que al no costar se piense que no vale.
Hay algunos que lo han entendido, mediante aportes del mundo privado al arte, si supiéramos lo que pasa en nuestro país, se podría observar la diferencia abismal entre Santiago y regiones, es cierto que por allá son más, pero nosotros no somos tan menos.
PROCOPIO