El consumo de marihuana no me parece grave cuando se trata de personas sobre 25 años, pues se trata de personas que tienen su cerebro desarrollado a plenitud y, en consecuencia, poseen la capacidad plena de decidir. Sin embargo, no puedo dejar de reparar en el hecho de que cadenas de comida rápida, haciendo uso de marketing emocional, ofrezcan productos “para el bajón”, utilizando códigos callejeros tales como el “4:20 californiano” o el “sácate uno”, normalizando el consumo de marihuana. Considerando el mercado al cual apunta esta campaña: los estudiantes, me parece que el gobierno debería tomar acciones frente a este tipo de publicidad.
La evidencia científica coincide en que el efecto negativo de esta droga depende de la edad en que se comience a consumir y que, antes de los 20 años, produce cambios en la estructura cerebral, disminuyendo las habilidades cognitivas y afectivas.
La ambivalencia que genera este tipo de asimetrías de información es tal, que por un lado tenemos al gobierno tratando de generar conciencia en las familias acerca de los daños que produce el consumo de droga, y al mismo tiempo, una multinacional normalizando el consumo de marihuana en los estudiantes.
Es tiempo de que se generen leyes que regulen la publicidad que afecta directamente a adolescentes y jóvenes. Eso si queremos que las campañas de prevención sean realmente eficaces.
Patricio Torres
Académico de Ingeniería en Gestión Turística UTEM y experto en comportamiento del consumidor.