Opinión

Empezar por creer que podemos

Por: Procopio 02 de Abril 2019

Hay quienes dejan la vida en manos del destino, siendo así como llaman  los hombres a lo que les sucede cuando han dejado de luchar.

Esta última frase preciosa la he leído en Historia del rey transparente, de Rosa Montero, una novela que viene como anillo al dedo a la línea de argumentación que postula la necesidad de seguir luchando por conseguir cada uno los sueños de su vida, no dejar su administración a lo que los dioses tengan por ahí oculto en algún libro sibilino.

La trama de esta obra está ubicada en algún indeterminado al medio de la edad media, donde el fenómeno de la superstición vivía feliz de la vida en medio de guerras eternas, cruzadas, luchas intestinas,  torneos y la vida en colores para unos pocos y la vida miserablemente ínfima y piadosamente breve para los muchos más sin tanta suerte. Nacidos en el lado incorrecto de la rueda de la fortuna que para entonces estaba un tanto clavada.

Con peste negra y caballeros, que para efectos prácticos era la misma cosa para los villanos y campesinos, a éstos últimos no les quedaba otra que  tener fe. Creer en el destino mejor ofrecido por los sacerdotes que les consolaban y les instaban a rezar y confiar en el poder de las reliquias. El stock era impresionante, trozos del pañal de Jesús, frasquitos conteniendo aliento del burro que llevo la sagrada familia a Belén, un respetable surtido de pedacitos de ropas y huesos de santo, en fin, de todo, una verdadera suerte ante la altísima necesidad y mayor demanda.

Hay ahora un vasto repertorio de dispositivos para salvarse, pero sigue vigente el viejo consejo de seguir rogando, pero con el mazo dando.

PROCOPIO

Etiquetas