Opinión

Las bilaterales del garrote y la zanahoria

Por: Diario Concepción 28 de Marzo 2019
Fotografía: Cedida

Felipe Vergara
Doctor en Comunicación, académico Unab

La jugada del Presidente Piñera de juntarse con los partidos de oposición para tratar los temas relevantes de la agenda legislativa parecieran haber tenido éxito, el PPD, PS, PR y la DC han aceptado el ofrecimiento del Presidente, logrando avanzar en los temas país. Sería bueno que el Gobierno se abra a conversar con los otros partidos, que aunque no tengan representación parlamentaria, sí la tienen en la ciudadanía.

Sorprende, aunque poco, que el PC haya rechazado esta oportunidad para conversar con el mandatario. A veces, cuesta entender esa postura tan ortodoxa de ciertos partidos que creen que restándose de este tipo de actividades mantienen sus principios intactos. La democracia es el arte de conversar y así llegar a acuerdos; bajo ese principio, rechazar la invitación de un Presidente de la República es una falta de respeto a la autoridad, independiente de quién ostente ese cargo hoy.

Volviendo al punto de las bilaterales, no olvidemos que este gobierno dentro de su plan de trabajo estableció cinco reformas claves: tributaria, pensiones, laboral, salud y educación (admisión Justa); de las cuales, pasado ya un año de gobierno, aún ninguna ha ingresado al parlamento. Siendo así, al gobierno no le queda otra alternativa que negociar, y reuniones como éstas disminuyen las trabas impuestas por la oposición.

No puede ser que temas claves que sigan entrampados: la reforma tributaria requiere simplificarse, pero garantizando la misma recaudación; las pensiones exigen una reestructuración, pero el pilar básico solidario no puede esperar y, bajo esos denominadores comunes, se podría avanzar. Ni hablar de Salud, donde el ministro -más concentrado en sus pugnas internas- aún no presenta algo que valga la pena destacar.

Lo que no se entiende es que mientras Gobierno y oposición se sientan a conversar, por el otro lado, promuevan leyes que van en contra del diálogo logrado. Buscan acuerdos y, en paralelo, proponen control preventivo para menores de hasta 14 años (a sabiendas que eso no pasará el cedazo parlamentario).

El gobierno se abre a ceder (zanahoria) en la reforma de pensiones, separando el pilar solidario del aumento de cotización; pero, acto seguido, plantea en su reforma laboral reducir (garrote) la indemnización por años de servicios y en paralelo destruye proyectos emblemáticos del gobierno anterior, como el desafío urbanístico “Nueva Alameda-Providencia”.

La base de una buena negociación es generar confianza en la contraparte, sin embargo, acciones como estas generan confusión y complejizan el clima para acuerdos. No es primera vez que el Presidente cae en este tipo de contradicciones y que nos llevan a entender que a más de un año de gobierno sus reformas emblemáticas aún esperen la idea de legislar; así no debiera de sorprendernos que en marzo próximo sigamos discutiendo sobre lo mismo.

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