La jibia, molusco inconsulto

Desde el sector empresarial han sido muy críticos en el tema pesca, principalmente, por la ley de la jibia. Se ha declarado, con convincente énfasis, que se trata de uno de los más graves errores del gobierno en políticas públicas… “Creemos que el proyecto de la jibia, que se aprobó por amplia mayoría, es un proyecto imperfecto. Analizamos la posibilidad de un veto, pero concluimos que era mejor juntar a las partes en una mesa de negociación, analizar cambios a la legislación que se aprobó y presentar un nuevo proyecto respecto de la jibia”.

Las abuelas solían comentar, expertas en mirar las cosas con la distancia y la ecuanimidad de quien ha visto pasar demasiadas procesiones, que cada loco tiene su tema, para dar a entender que cada uno de nosotros tiene intereses en algunos asuntos y, cuando de ellos se trata, tenemos la tendencia a otorgarles la más alta de las prioridades, así, los que coinciden con nuestra opinión muestran una preclara inteligencia y encomiable visión de futuro.

En este caso, se trata de la jibia, quien debe atraparla y en qué cantidades, un pobre molusco que tuvo la pésima suerte de ser descubierto, cuando no hace mucho era descrito como contaminante playero, sus ocasionales varazones eran descritas con molestia y no poca ira ante la tradicional incompetencia de los que deberían hacerse cargo de estos riesgos sanitarios que ponen en peligro a la población.

La situación ha cambiado, la jibia tiene otra imagen, harto más glamorosa, con un sólido respaldo en el mercado de exportación. Lamentablemente, en esto de la ley no ha sido consultada, en una de esas se siente y se manda a cambiar.

PROCOPIO