Opinión

Crisis en Venezuela

Por: Diario Concepción 26 de Febrero 2019
Fotografía: Diario Concepción

Arnoldo Pacheco Silva
Historiador

El esfuerzo de un conjunto de intelectuales en su afán de renovar y superar la “crisis del socialismo real” producida hacia fines del siglo XX, los llevó a elaborar  un conjuntos de ideas que terminaron con una conceptualización denominada “socialismo del siglo XXI”.

Adoptada por algunos países, como Venezuela y Bolivia, con la confianza que podrían estar construyendo un nuevo punto de partida histórico para todos los pueblos de Latinoamérica. Elaboración conceptual de una nueva utopía, con una mezcla de desazón y nostalgia por el fracaso de la antigua ideología y la urgente necesidad de enfrentar el “aparente triunfo del sistema capitalista”.

Es el nuevo retorno, del antiguo mito ideológico, de cómo reemplazar, enterrar  o superar el capitalismo. De allí, la urgencia de constituir países o bloques que se hagan cargo o intenten implementar los nuevos sueños: construir una nueva sociedad y hombre con el socialismo del siglo XXI.

Este nuevo modelo para la construcción de una nueva sociedad, en su estructura de elaboración va a depender del intelectual que lo presente, pero tiene algunos preceptos básicos comunes: como intentar alcanzar una sociedad democrática, participativa socialista, sin clases sociales y con una nueva estructura productiva asociativa, que termine por reemplazar el capitalismo neoliberal, mediante una “economía de valores”, fundada en el valor del trabajo y la solidaridad.

Cuando en 1999 llega Hugo Chávez al poder en Venezuela con una posición populista, prometió redistribuir la renta petrolera, gobernar para los más pobres y liderar una revolución continental baja la figura simbólica de Simón Bolívar. Luego, con la asesoría del sociólogo alemán-mexicano, Heinz Dieterich, en 2005, lanza su programa del “Socialismo del siglo XXI”. Exposición que tenía sus bases en la elaboración de un plan estratégico efectuado en el año anterior cuyos objetivos era establecer un proceso fundacional para el país consistente en conformar una nueva estructura social, creación de un nuevo modelo democrático, institucional y productivo.

Chávez tenía la profunda convicción de reemplazar el sistema capitalista, convencido que éste padecía de una crisis terminal en los comienzos del siglo XXI. Su inspiración era la teoría marxista del valor del trabajo, cuyos cimientos servirían de base para nuevas empresas de producción de carácter cooperativo y estatal. Complementando el objetivo anterior, está el propósito de establecer una democracia directa, participativa y protagónica, mediante la acción plebiscitaria del pueblo. Tiene un claro desprecio a la democracia representativa, a la separación de poderes y una tendencia a concentrar el mayor poder en el ejecutivo.

Sin embargo, el sueño de Chávez, en la práctica, no fue diferente del todo a las experiencias del socialismo del siglo XX. Así, extendió el protagonismo del Estado en la sociedad, gobernando a través del predominio del partido oficialista, que instituyó un Estado militante del chavismo, y, usando todo su carisma, para efectuar un verdadero culto a su personalidad, verdadera raíz del caudillismo en la historia de América Latina.

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