Ricardo Gouët Bañares,
presidente de la Cámara de la Producción y del Comercio Bío Bío.
Hace unos días se dieron a conocer los resultados del último Índice de Percepción Empresarial Regional, Iper Bío Bío, medición que semestralmente elaboran la Universidad Andrés Bello, la consultora EY y la CPC Bío Bío, y que en esta oportunidad entregó una mirada cautelosa del mundo empresarial de la zona.
La encuesta, que se aplicó durante diciembre y a la que respondieron poco más de 130 líderes de distintos sectores productivos de la Región, arrojó que el 55% de ellos proyecta un crecimiento cercano al 4% para este año. Una visión cuyo foco está en recuperar el crecimiento, principalmente, a través de mayores incentivos a las inversiones, establecer nuevas líneas que fomenten la productividad y a mejorar las redes de conectividad e infraestructura.
Este último punto mostró un aumento entre los encuestados. De hecho, en el mismo periodo del año anterior; es decir, en diciembre de 2017, un 42% de ellos lo consideró como variable indispensable para aportar al crecimiento económico. Hoy, el 51% estima que éste debiese ser un tema prioritario para el Gobierno en esta línea.
En materia de conectividad e infraestructura vial, la Región del Bío Bío está al debe y si bien se han realizado obras de mejoramiento, son muchas las comunas rurales de las provincias de Bío Bío y Arauco que requieren de redes camineras que den a sus habitantes una mejor calidad de vida y hagan más eficiente el transporte de sus productos, principalmente agrícolas y forestales.
En Concepción, en tanto, tenemos obras viales emblemáticas en espera, tal es el caso del Puente Industrial cuya construcción permitirá unir a los puertos con la Ruta 5 y descongestionar el flujo vehicular de las ciudades. El término del Puente Bicentenario que lleva 8 años a la espera de ser habilitado en su totalidad o las rutas Interportuaria y 160, obras que, sin duda, darán un impulso a nuestra economía por su alcance en la logística de las exportaciones y, por sobre todo, se traducirán en un cambio significativo en las rutinas de nuestros vecinos, sobre todo, en lo que a desplazamientos se refiere.
Se hace imperativo, entonces, que junto con poner en marcha iniciativas que potencien a nuestra región, tengamos una visión de largo plazo en su planificación, que congregue a nuestras comunidades y brinde soluciones eficientes, que permitan la convivencia armónica entre empresas y vecinos.
Hay desafíos pendientes, hay proyectos en los que todos podemos aportar, generando más espacios de colaboración para construir las ciudades que queremos y por sobre todo, las que nos merecemos.