Las encuestas de opinión son un opíparo nicho de negocios, ya que sus resultados permiten encaminar toda suerte de iniciativas, estudios de mercado, evaluación de factibilidad, información para toma de decisiones, o para satisfacer curiosidades varias, hay de todo y para todos.
Hay algunas muy interesantes que indagan por la estética de las ciudades. Existen listas de las más feas del mundo: Juliaca, de Perú; El Alto, de Bolivia; Ciudad Juárez, de México; Calcuta, en la India; Sao Paulo, Brasil. Puede que no sea exactamente así, que haya otras peores o que éstas no sean tan horribles, es un asunto opinable.
Las ciudades más feas del mundo suelen ser ciudades que pudieron ser bellas en otros tiempos, pero que fueron devastadas por la miseria, las guerras; o por el contrario, ciudades que nacieron de la industria, que se instalaron como pasos fronterizos o por vecindad a alguna riqueza que desapareció de pronto y otras que crecieron rápido y de forma desordenada, y aun otras que, por motivos varios, han sido siempre feas.
Si es opinable la estética de las ciudades, ya que la belleza suele estar en los ojos del observador, no lo es tanto el listado de situaciones que suelen relatarse para justificar el apelativo a determinadas ciudades; construcciones fuera de la escala humana, falta de respeto a los espacios públicos, anarquía de diseño o vándalos desenfrenados.
No parece haber una encuesta de opinión de los habitantes de nuestra ciudad en lo relativo a su belleza, la de la ciudad, no la de ellos, sería interesante, para saber cómo nos vemos en ese espejo.
PROCOPIO