El válido lema del escudo patrio

29 de Diciembre 2018 | Publicado por: Procopio

Lamentablemente, no está en la naturaleza humana obedecer a los llamados de la cordura, o a los reglamentos, leyes y ordenanzas. A pesar que se pueda encontrarles razón, se descubre también razones, no pocas veces endebles, para no darnos por aludidos, ante lo supuestamente especial de nuestras personas. Entonces, falacia o no, si no hay respuesta a la buena, se utilizan los palos.

Un ejemplo, si se no usa el cinturón de seguridad se corre el riesgo de ser multado por los carabineros, advertencia que surte mucho más efecto que las consabidas instrucciones sobre seguridad y la descripción de consecuencias de no usarlo, en casos de accidente. El temor, más que la razón.

En este punto puede plantarse si los ciudadanos del primer mundo son genéticamente obedientes a las leyes del tránsito, o han sido condicionados a comportarse adecuadamente con las amenazas de las penas del infierno. Es una pregunta abierta, pero sin tener respuesta documentada, es interesante observar que las multas por diversas y muchas causas en esos países son de montos significativos y la voluntad de cursar infracciones, irrenunciable y frecuente, en muchas instancias, a conductores, a peatones, a empresas, a reparticiones.

Nadie está libre de la larga y pesada mano de ley y sus entusiastas cuidadores. Mientras tanto, se puede admitir un cierto perfil o personalidad con componentes hereditarios para la obediencia y el respeto, pero dejando un amplio margen de posibilidades a que el cambio de conducta se deba más bien a las duras y prontas consecuencias para los infractores.

Mientras averiguamos si es la genética o ambiente lo que hace que nos portemos como la gente, resulta recomendable tener los palos a mano, el escudo nacional fue premonitorio, “por la razón o la fuerza”.

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