Debido al consecuente encarecimiento de la planilla para el empleador, este incremento será gradual en ocho años.
Karin Bravo Fray
Directora Programas Advance Facultad de Economía y Negocios
Universidad San Sebastián Concepción
La propuesta de reforma previsional considera dos puntos importantes que son absolutamente necesarios para incrementar las pensiones: aumentar el porcentaje de cotización previsional y retrasar la edad de jubilarse. Sin embargo, ambos puntos están planteados de forma de no convertirse en una carga absoluta para el trabajador.
En el caso del porcentaje de cotización, el aumento del 10% al 14,2% se indica que será de cargo del empleador, aportado a la cuenta de capitalización de cada trabajador (solo un 4%, pues el restante 0,2% irá a un seguro de dependencia). Sin embargo, para que el impacto en el empleo no sea un problema, debido al consecuente encarecimiento de la planilla para el empleador, este incremento será gradual en ocho años. Por otro lado, cuando se habla que esta cotización adicional mejorará las pensiones en un 40% en régimen, esto será para los trabajadores que puedan cotizar desde sus inicios con esta cotización adicional.
En cuanto al retraso en la edad de jubilación, es buena la opción de que sea voluntario, y que se generen incentivos para que la persona continúe en el mercado laboral. El retiro parcial de la cotización realizada por sobre la edad, hasta ahora legal, genera que los futuros pensionados administren libremente esos recursos ahorrados. Sin embargo, esta última opción deja desafíos bastante grandes para la sociedad en general: que existan las suficientes plazas de trabajo para que, personas en edad de retiro, se mantengan en el mercado laboral, y se generen espacios de educación financiera que permitan que estos futuros pensionados saquen provecho al dinero retirado.
Sin duda, hay muchos otros factores que considerar, y si bien, se pueden hacer cuestionamientos a las medidas planteadas, es un buen inicio para la discusión.