Opinión

¿Reforma?

Por: Diario Concepción 31 de Agosto 2018
Fotografía: Diario Concepción

Jorge Condeza Neuber
@jorgecondezan

Yo leo en la reforma tributaria una necesidad urgente de recaudar más ante la grave crisis por la que atraviesan las finanzas publicas y que significa tener que pagar más de 2000 millones de dólares al año solo en intereses producto de la gran deuda pública.

Ahí esta el foco de todo esto: recaudar en el corto plazo y sentar las bases para poder recaudar más en el mediano plazo, mediante un fuerte incentivo a la inversión que permita que el país crezca y cerremos cuanto antes el déficit fiscal. El problema son las medidas.

La propuesta para blanquear dineros que están en el extranjero y que no han declarado renta en Chile con la ventajosa tasa del 10%, y un acelerador de retiros del FUT con tasa única del 30%, descontando la tasa de categoría ya pagada en la empresa, son copias de lo que ya se usó en la reforma del 2014. En ambas hay rebajas de impuesto, pero claramente en una se vuelve a castigar al que cumple con la ley.

También, ayudará el impuesto a las plataformas digitales, que en buenas cuentas son empresas que prestan servicios en Chile pero que tributan utilidades en otros países. Y por último esta la masificación de la boleta electrónica, que muchos han dicho que afectará a Pymes y pobres, asunto nada mas alejado de la realidad toda vez que cuando alguien no da boleta no solo no aplica el IVA al último comprador, sino que se queda con el crédito de IVA de sus compras y ademas no ingresa ese monto a la renta del negocio evitándose pago de impuesto de categoría y global complementario. Negocio redondo para el evasor.

Las medidas pro inversión, depreciaciones aceleradas o instantánea y así postergar un par de años el pago del impuesto, o el crédito de IVA a la construcción entre 2000 y 4000 UF, son medidas pro crecimiento de una área que genera mucho impacto en el empleo, asunto muy necesario en este momento.

Donde la reforma falla, es que resta recursos, y en gran cantidad, al reemplazar el sistema parcialmente integrado y el atribuido con el pretexto de muchas Pymes estaban, erróneamente, en el parcialmente atribuido. Las empresas que eligieron ese sistema tenían un castigo por tributar en base a retiros y solo podían usar como crédito el 65% del impuesto de categoría, asumiendo a todo nivel de renta un 9,5% extra de impuesto. Había cierta injusticia en las tasas finales y era demasiado engorroso, pero se debieron plantear fórmulas que permitieran dejar menos en la mesa, sobre todo cuando el corazón de la reforma es recaudar más.

La reforma posiblemente tenga más aspectos positivos que negativos, pero quiero ver la otra “patita” de esta política financiera, cuando el gobierno presente el presupuesto 2019, que tendría que ser muy austero como para entender que todos hacemos un esfuerzo con las finanzas públicas, y no descubrir que finalmente sea un solo sector el premiado.

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