El voluntariado, un don para Chile

30 de Agosto 2018 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Archivo | Diario Concepción

Fernando Chomali
Arzobispo de Concepción

En el mes de la solidaridad quisiera felicitar y agradecer a tantos voluntarios que durante todo el año y de manera sistemática y abnegada están prestando servicios desinteresados en los amplios campos de la vida nacional. Son verdaderos héroes y santos anónimos que promueven una sociedad más justa, más fraterna y más humana.

Este verdadero “ejército de ángeles de la guarda” cuando se trata de ayudar al desvalido, al enfermo, al preso, al que se le está quemando su casa, al que no tiene un plato de comida, ni con qué abrigarse, ni dónde tener un techo para cobijarse, es un regalo que tiene Chile de inestimable valor que tenemos que cuidar entre todos. También hay voluntariado que desde sus profesiones aportan miradas estratégicas y de gestión a instituciones de relevancia en el quehacer de la patria.

Los voluntarios, suplen de la mejor forma posible lo que la familia ni el Estado son capaces de proveer a algunas personas. Hacen vivo el mandamiento del amor y muestran, con la entrega generosa de sus talentos, habilidades, experiencias y destrezas, que la solidaridad no es un mero sentimiento sino que la profunda convicción de que preocuparse y ocuparse por los demás es parte inherente a nuestra condición de seres humanos. Es un deber que surge de la necesidades de los otros.

Como parte del voluntariado encontramos creyentes y no creyentes, así como creyentes de diversas religiones, así como hombres y mujeres, jóvenes y adultos. Todos animados por el anhelo de una sociedad mejor y de hacer algo por alguien, de manera concreta y eficaz.

El voluntariado tiene claro que la ayuda tiene que ser ahora, porque tienen la convicción de que el da oportunamente da dos veces. En general son personas silenciosas, que no tienen exposición pública, pero que se reconocen por su entusiasmo y alegría. Gracias a cada uno de ustedes por el tiempo que le dedican a los más necesitados.

Gracias por su testimonio que contagia y hace la vida más humana, más llevadera y sobre todo, porque su labor nos da esperanza.