El alto precio de la fama

29 de Agosto 2018 | Publicado por: Procopio

La vida del autor de Don Quijote es tan llena de vicisitudes como la de su personaje, pero para Miguel de Cervantes, los hados estaban cargados de malas intenciones, desde chico, con una familia que se la pasaba luchando contra la adversidad, debiéndole a cada santo una vela.

Su biografía continúa en Italia, se dice que por huir de la justicia, ya que habría dejado algún semejante a mal traer en una riña de difícil detalle. Se alista en la Armada española y participa heroicamente en la batalla de Lepanto, el precio es una herida que le deja inútil la mano izquierda por el resto de su vida.

Después de medio año de estar en el hospital, regresa a España, pero una flotilla turca lo atrapa cerca de la costa y es vendido como esclavo en Argel, trata de escapar cuatro veces y cuatro veces lo atrapan, aumentando sus penas y trabajos, al quinto año de prisión es rescatado por 500 escudos, recolectados sacrificadamente por un sacerdote.

En la península, junto a su familia que estaba como siempre en la miseria, trata de obtener ayuda de Felipe II, pero ha pasado demasiado tiempo y nadie se acuerda de veteranos pasados de moda, le obsequian 50 escudos, o sea, los turcos le asignaban diez veces más valor que sus compatriotas.

Obligado a trabajar en tares ruines, da con sus huesos en la cárcel acusado injustamente de malos manejos, los meses que pasa recluido parecen haber sido el impulso para escribir, para hacerlo famoso e inmortal, aunque no precisamente en vida, murió pobre, con desgracias a todo lo largo de su vida. Si hay justicia en alguna parte, debería ser feliz en el sitio en que esté.

No es un modelo de vida que quisiera seguir un ilusionado candidato a premios literarios, escribiendo desde la bien provista seguridad de su escritorio.

PROCOPIO