Opinión

De clásicos y fallos que dejan mucho que desear

Temuco fue juzgado con todo el rigor de la ley. Pero en el caso de River Plate, la Conmebol mostró una llamativa flexibilidad.

Por: Paulo Inostroza 27 de Agosto 2018
Fotografía: La Tercera

Como suele pasar en cada torneo, el partido entre Colo Colo y Universidad de Chile despierta un tremendo interés no solo entre los aficionados de ambos equipos, sino de quienes disfrutan del fútbol en general.

Y lo cierto es que el encuentro defraudó en todo sentido. Pobrísimo futbolísticamente, con jugadores reclamando por todo -una tónica que se da en el fútbol nacional en general- e incidentes propiciados por esos mal llamados hinchas. El compartimiento de las barras fue pésimo, lanzando objetos durante todo el duelo y llegando a parar su desarrollo por varios minutos. A veces, da la impresión que se juega cuando ellos quieren.

Sin embargo, la autoridad también debe hacer su mea culpa. El autorizar el ingreso de fuegos de artificio fue una medida totalmente inapropiada, aun cuando manifestaran que se habían tomado todas las medidas del caso para evitar desórdenes.

La justificación de esto era “aportar a la fiesta”, y en la realidad sucedió todo lo contrario: se lanzaron objetos a la cancha que detuvieron el normal desarrollo del encuentro, y contribuyeron a enardecer más aun los ánimos de todos los presentes.

Fuera de este clásico, la semana también estuvo marcada por una extraña, por decirlo menos, decisión de la Conmebol. En la Copa Libertadores, River Plate alineó Bruno Zuculini, quien arrastraba una suspensión de dos encuentros de su paso por Racing. Allí, fue expulsado en 2013 en un juego ante Lanús por la Copa Sudamericana, y desde ahí no había vuelto a disputar un duelo por un torneo continental.

Sin embargo, el organismo que rige al fútbol sudamericano determinó que el futbolista debe cumplir ahora el castigo, sin sancionar al club. La justificación fue que Racing, elenco con el que disputa su llave de octavos de la Libertadores, no interpuso ninguna acción en el plazo estipulado.

Una situación similar vive Santos de Brasil, que en duelo de ida de su serie contra Independiente, también por octavos de la Libertadores, hizo jugar a Carlos Sánchez, jugador uruguayo que arrastraba una suspensión. Al conocer lo que pasó con River, Santos pide la misma sanción: que el jugador cumpla ahora su castigo. Claro que en este caso, Independiente ya presentó el reclamo.

Deportes Temuco, que le ganó los dos partidos a San Lorenzo en su llave de Copa Sudamericana, quedó fuera por un tema administrativo (mala inscripción de Jonathan Requena). En el caso de River, la Conmebol mostró una llamativa flexibilidad para encarar la situación, algo que sin dudas no tuvo con el elenco nacional. En el escritorio, siguen mandando los mismos de siempre.

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