Más Fndr

24 de Agosto 2018 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Diario Concepción

Jorge Condeza Neuber
@jorgecondezan

Es bien pintoresco que el sistema centralista obligue a la Región del Bío Bío y a la naciente región de Ñuble a “negociar” los recursos del futuro presupuesto, a pesar de que desde el año pasado se sabe cuándo partía la nueva región.

Actualmente, los presupuestos regionales se construyen con 12 ítems, pero solo 4 aportan, en promedio, un 87% de los recursos: El Fndr, el FAR, los Traspasos por distintas provisiones y el Fondo de Convergencia. En el norte el menor aporte es compensado por las patentes mineras, y en otras regiones la compensación proviene del Plan Especial de Zonas Extremas. El otro 13% es aportado por recursos provenientes de diversos orígenes, desde la ley de casinos, la ley de aguas o aquellos aportes de Bienes Nacionales cuando se vende una propiedad en la región.

Entonces, no se entiende que se debe negociar, ya que la principal fuente de financiamiento de los Gore es el menguado Fndr cuyo 90% se distribuye en base a un polinomio de 8 variables, siendo el 30% asignado en base a la población pobre e indigente, 10% por la tasa de pobreza regional, 10% en base a la población pobre rural y un 30% por un índice atenuado de la superficie regional.

Los otros % están relacionados a costo de pavimentación y construcción de viviendas o de ruralidad y pobreza en hogares con jefatura femenina. La Región del Bío Bío se llevaba un 12,34% del 90% del Fndr, pero al efectuar los cálculos con los datos de la nueva Región del Ñuble, la suma de ambas pasaría a tener un 14,4% del Fndr (9,1 Bío Bío y 5,3% Ñuble) y ese 2% extra son recursos que aportan las otras regiones a Ñuble.

Lo mismo ocurre con los otros fondos (donde solo debe separarse del Fondo de Convergencia aquellos entregados a las zonas extremas o a las zonas de rezago) en los que existen porcentajes que se asignan con distintos parámetros y donde “negociar” no puede ser verbo a conjugar ya que la Subdere debe aplicar los reglamentos y las leyes tal cual como están diseñadas, independiente del efecto que esto genera en los recursos de otras regiones que podrían verse perjudicadas ya que a la larga el cálculo deberá hacerse como corresponde.

Dos temas deben llamar la atención no solo a nuestra región si no que a todas las regiones; por un lado, las constantes diferencias entre lo originalmente asignado en la ley de presupuestos y lo efectivamente entregado a regiones, y por otro, el como han ido llenando de recursos vía leyes extras, que esconden como el Fndr, el fondo de inversión autónomo por excelencia, pierde relevancia. ¿Qué vamos a negociar? ¿Cuánta gente va a los casinos o el aumento al Transantiago que rebota por aca?

Aumentar el Fndr debiese ser la real negociación entre Santiago y regiones y terminar esta ficción del 10% por el que supuestamente se compite.