Danny G. Monsálvez Araneda
@MonsalvezAraned
¿En qué está el Museo de la Memoria del Bío Bío? Como ha sido la tónica de estos años, la información que se tiene de su eventual construcción es parcial o mínima, por no decir desconocida. Su proyecto se ha mantenido bajo una discreción que llama la atención, más allá de algunas informaciones de prensa y una que otra convocatoria a dialogar sobre su construcción, en líneas generales, se desconoce el estado en el cual se encuentra el proyecto.
Si se realizara una encuesta, la mayoría diría que desconoce el estado de la cuestión. Lo anterior es el resultado de una política o gestión de quienes lideras esta iniciativa que no ha logrado visibilizar y socializar el tema, menos aún sensibilizarlo, con lo cual el proyecto ha quedado sometido a las directrices de unos pocos o de quienes se han apropiado de su ejecución, cuando de lo que se trata es de sumar la mayor cantidad de actores para que este anhelado y necesario proyecto pueda materializarse.
Lo anterior es tan sólo una parte del problema, ya que el inconveniente mayor lo constituye el cambio de gobierno y la llegada de nuevas autoridades regionales, quienes han señalado que un Museo de la Memoria para el Bío Bío no es prioridad. Nada nuevo en todo caso.
Es entendible aquel argumento, el cual no pasa necesariamente por un tema de recursos, ya que una autoridad que realmente está interesada en una determinada iniciativa, tiene como misión el gestionar los dineros o bien convocar a sus ciudadanos y agrupaciones para ejercer presión a la autoridad central. Pero como hemos señalado, aquello no es extraño, puesto que no podemos esperar compromiso con el tema de los derechos humanos, por lo tanto con la construcción de un Museo de la memoria que dará cuenta del paso de la represión en nuestra zona, con quienes se sienten defensores, identificados y en otros casos agradecidos del régimen de Pinochet o cuando la actual máxima autoridad regional, ha expresado, en su momento, la solidaridad con los criminales y asesinos detenidos en Punta Peuco.
En ese sentido, el mejor indicio de lo que es el compromiso de este gobierno con los derechos humanos fue la designación de Jorge Ulloa como Intendente del Bío Bío, la segunda zona del país, con mayores niveles de represión, después de Santiago, de una persona que nunca ha negado su reconocimiento y simpatía con el dictador y su régimen. Por eso mismo, no nos hagamos ilusiones con su construcción, de ahí que el gobierno regional prefiera ocupar el eufemismo de no ser prioridad, antes que decir no al Museo. Decir no rotundamente, es políticamente incorrecto, por eso expresan que el proyecto sigue en “estudio”.
No obstante aquello, en política todo es posible, por ello no nos sorprendamos (por parte de este gobierno) si un día de estos anuncian el apoyo al Museo de la Memoria; mientras tanto, los porfiados hechos (el pasado y sus antecedentes) nos dicen que -por ahora- lamentablemente no habrá dicho museo en nuestra zona.